Tal vez la historia de Eugene Cernan no es tan conocida como la de Neil Amstrong y su equipo, pero hoy, a 50 años del primer alunizaje, es recordado como el último hombre que pisó la Luna, un título sin precio para cualquier ser humano. Y aunque se crea que las célebres palabras de su colega astronauta del Apolo 11 no puedan ser superadas, Cernan avizoró las aventuras espaciales que la NASA llevará a cabo pronto.
La misión Apolo 17 llevó a los últimos humanos a la Luna el 11 de diciembre de 1972 (tres años después de la llegada de Amstrong), tras un viaje de cuatro días desde la Tierra. En ella iban Eugene Cernan y su compañero Jack Schmitt, piloto del módulo.
Cernan pudo ser el primer hombre en pisar suelo lunar, ya que había participado en la misión Apolo 10, en mayo de 1969, en la que voló casi 13 kilómetros sobre la superficie de la Luna, pero no alunizó. Se trataba del ensayo final antes de la famosa misión Apolo 11. Sin embargo, después de que el astronauta tuvo su revancha, se despidió ‘a lo grande’.
Tras subir a su nave y despedirse de la Luna, Cernan estaba convencido de que la humanidad volvería a tener contacto con el suelo lunar. Además, el astronauta tenía la certeza de que el ser humano podía quedarse algún tiempo allí y en otros lugares del universo.
“Volveremos [a la Luna] para estar tres, seis meses... Y viviremos y trabajaremos en Marte. Es muy probable que colonicemos Marte. Lo podríamos hacer perfectamente. ¿Qué hay de imposible hoy?” dijo el astronauta en una entrevista a ABC en 2009.
Eugene Cernan. Foto: The Times.
“No voy a ser el último hombre que la pise... En 2015, 2018 o 2025, eso es lo de menos. Lo importante es que ocurrirá”, pronosticaba.
Este año, La NASA anunció que enviará astronautas a la Luna en 2024 y a Marte para el 2033.
Aquel diciembre de 1972, Cernan y Smith aterrizaron las cuatro patas de la nave en un profundo valle de la esquina del mar de la Serenidad, a 100 metros del punto exacto previsto. Cernan quedó maravillado por la geografía de la Luna.
Durante 22 horas, recorrieron 35 km en nuestro satélite natural, mientras se acostumbraban a la gravedad lunar (la sexta parte de la que hay en la Tierra). Durante su expedición, recogieron 110 kilos de muestras arrancadas del valle selenita de Taurus-Littrow para que ser estudiadas en la Tierra con el objetivo de descubrir el origen de la Luna.
Eugene Cernan en suelo lunar (1972). Foto: NASA
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Cuando Eugene Cernan regresó al vehículo, pronunció una frase que, tras 48 años sin humanos en la Luna, empieza a tomar sentido: “El desafío de Estados Unidos de hoy ha forjado el destino del hombre del mañana”.
Eugene Cernan falleció en enero del 2017, a los 82 años.
Después de que subió las escaleras de esa nave, nadie más ha pisado el suelo lunar.