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Espectáculos

Guillermo Francella en contra de la comedia vulgar: “Nunca subestimé ni humillé a nadie”

Guillermo Francella regresó a Perú para presentar su espectáculo 'El teatro de mi vida', de la mano de Carlos Carlín. Además, el argentino reflexiona sobre la evolución de la comedia, destacando su preferencia por un humor sutil. “Para mí, la vulgaridad no es un campo fértil”, resalta.

Guillermo Francella en contra de la comedia vulgar: “Siempre fui un defensor de otro tipo de humor”. Foto: Sandy Carrión Cruz/La República/Instagram/Guillermo Francella | Foto: Sandy Carrión Cruz/La República/Instagram/Guillermo Francella

Guillermo Francella ya está en Perú. El reconocido actor y productor regresó a nuestro país para presentar su espectáculo ‘El teatro de mi vida’ en el auditorio del Pentagonito (San Borja).  Este proyecto artístico, programado para el 11 y 12 de junio, incluye una conversación con Carlos Carlín sobre los personajes más memorables que Francella ha interpretado a lo largo de su carrera.

Desde su participación en el exitoso programa ‘Poné a Francella’ en 2001, que lo lanzó a la fama internacional, hasta su papel en la aclamada película ‘El secreto de sus ojos’ en 2010, Guillermo Francella ha dejado una marca significativa en el mundo del entretenimiento, lo que le ha valido el cariño de los argentinos y también de los peruanos, quienes tienen la oportunidad de verlo en acción, una vez más, en Lima.

Francella, quien ha explorado géneros que van desde la comedia hasta el drama, consolidándose como uno de los actores más destacados de la industria cinematográfica argentina; habla en esta entrevista de ‘El teatro de mi vida’, de la posibilidad de hacer algo más grande en el Perú y reflexiona sobre la comedia actual.

—¿Cómo ha sido tu recibimiento en tu tercera visita a nuestro país?

—Como siempre, he sido recibido con mucho afecto. Hace siete años que no venía. Tuve contacto con los peruanos en el aeropuerto, me dieron mucho amor y mucho cariño. Los peruanos son de exteriorizar mucho, los amo, me hacen sentir bien. Fue un placer, me sentí muy local.

—¿Fue difícil concretar tu retorno al Perú?

—Se encontró este momento que yo pude venir. Muchas veces me han convocado para venir, para tener charlas o algún evento, y nunca se daba porque filmo mucho y siempre se me impedía. Pero esta vez lo pude hacer.

Francella habla de su show en Lima

—¿De quién fue la idea de convocar a Carlos Carlín?

—El vínculo con Carlos fue más una idea de la producción, que me vinculó a él. Me dio mucho placer, pero no hemos tenido todavía el tiempo adecuado para articular cómo vamos a hacerlo (la obra), pero hoy (lunes 10) lo vamos a llevar a cabo. Sí que hemos charlado varias veces de cómo va a ser esta charla amena entre amigos para que el peruano me conozca un poco más a mí y yo un poco más al peruano. Esa es la dinámica que vamos a tener.

—¿Cuál es el objetivo de ‘El teatro es mi vida’?

—La idea del productor, que me sedujo, era que encontremos en esta charla amena lo que ha sido mi vida artística y para que sepan cómo he compuesto estos personajes, cómo han sido las anécdotas de mi vida, cómo ha trascendido ese abanico de intérpretes que he llevado a cabo. Sabrán sobre mis anécdotas personales, mis viajes, mis premios, cómo he llevado a cabo cada rol, que han sido bastante antagónicos. Hablaremos de ‘El clan’, ‘Corazón de león’, ‘El secreto de sus ojos’, ‘Poné a Francella’, ‘Casado con hijos’, ‘El robo del siglo’ o ‘El encargado’. Y hablar de cada cosa, me parece una linda pincelada con humor y con emoción también, porque nos va a llevar a determinados estados. Además, tenía que haber alguien que lleve la batuta. En este caso, Carlín.

Francella compartirá escenario con Carlos Carlín en el auditorio del Pentagonito. Foto: Sandy Carrión Cruz/La República

—Entonces, ¿no hay pautas?

—No hay un guión escrito o una obra de teatro, sino es algo más espontáneo, algo más fresco, más ameno. Y nada como tener a un buen conductor al lado, que es un actor que interpreta al actor mejor que nadie.

—¿Te animarías a hacer una temporada de teatro en Lima?

—Si se presenta algo. También se puede filmar una película aquí. Una vez tuve una propuesta para que distintos actores latinoamericanos encabezaran una película, cada uno con su rol y se había hablado de filmarla íntegramente en Perú. Pero no descarto esa posibilidad. Sucede que generalmente estoy con muchísima actividad en la Argentina, ahora voy a filmar en España un nuevo rodaje. A veces no nos dan los tiempos, pero me daría mucho placer. Me gusta mucho estar aquí.

Francella reflexiona sobre el humor actual

—¿La comedia siempre fue tu primera opción?

—La comedia es el género que yo más amo. Muchas veces me han preguntado si me he dedicado solo a la comedia. Pues no, fue una anécdota. Cuando empecé a trabajar, lo único que quería era tener continuidad laboral y a los productores les resultaba efectivo en la cuerda de la comedia. Entonces, yo la transitaba y me fascinaba. Pero llegó un momento que tenía la necesidad de cambiar, hacer otros géneros y que otros directores me convoquen. Gracias a Dios y en forma paulatina, se fue dando.

—¿Qué tan difícil es hacer reír con armas lícitas, evitando la humillación y las burlas sobre el aspecto físico?

—Sobre las armas lícitas, lo comparto plenamente porque la vulgaridad nunca fue un campo fértil para mí. Al contrario, siempre me gustó determinada sutileza. El humor era más exacerbado y era más de subrayar el aspecto físico. Obviamente, los tiempos han cambiado, ahora queda absolutamente fuera de sentido transitar un humor de esas características, pero siempre he sido un defensor a ultranza de otro tipo de humor. Incluso, en ‘Poné a Francella’ (2001), los sketch eran bien heterogéneos entre sí, bien antagónicos entre sí y no había mal gusto. Capaz había cierta picardía en ‘La nena’, pero nunca subestimé ni humillé a nadie. No me siento feliz haciéndolo.

—Entonces, ¿no le gustaba el humor que tenía ‘Pepe’ Argento?

—No es que no me guste, sino que eran otras épocas. En aquel momento, nos reíamos… si no, sería un poco hipócrita. Mentira, nos divertíamos mucho con el teatro de revistas en Argentina, donde los campos cómicos también apelaban al humor con la mujer.