Sebastián Stimman, mejor conocido como Bastian, es uno de los pocos artistas completos que hay en el Perú. Además de actuar, bailar y cantar, el joven artista compone sus propias canciones. Lo último que hizo fue colaborar con Andrea Luna, a quien considera su mejor amiga, en el tema ‘Que nadie sepa’, cuyo videoclip salió a la luz el último viernes 10 de mayo.
“Una de las experiencias más satisfactorias es arriesgar en el arte con alguien que quieres. Y felizmente eso me sucede constantemente con Andrea. Este videoclip ha sido un enorme reto para sacar adelante, pero al mismo tiempo se sintió tan fácil, y creo yo es por la relación que tenemos”, dijo Bastian, quien años atrás dejó todo por prepararse en una reconocida escuela de Nueva York (Estados Unidos).
En una entrevista con La República, Bastian recuerda lo difícil que fue decidirse dedicarse a la música y su mala experiencia en Nueva York. Además, el artista representado por Luna Projects habla de la linda relación de amistad que tiene con Andrea Luna.
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—¿Has realizado algún trabajo que no quisiste?
—Sí. La industria en la que estamos no es tan grande, no hay tanto trabajo, ya sea en la música o en la actuación. A veces uno tiene que aceptar cosas porque hay que pagar las cuentas al final del mes. Por ejemplo, en Nueva York acepté una obra en la que uno pensaría que tiene que haber un (alto) nivel. Fue la peor obra en la que he estado literalmente, yo llegaba a mi casa luego de los ensayos y decía: "Ya no quiero actuar". Ahí fue cuando dije: "Tiene que haber algo dentro de un proyecto que realmente quiera hacerlo porque si llega un punto donde quiera dejar de hacer lo que más me apasiona, entonces está mal, ahí no es". De esos proyectos se aprende bastante.
—¿Qué no soportas de la gente o qué te puede hacer sacar de tus casillas?
—Que mientan. A mí me importa muchísimo que la gente sea honesta cuando trabaja o cuando conversa conmigo. Detesto tener una conversación con alguien que sé que ni siquiera me está escuchando y ni siquiera quiere saber lo que me está preguntando. Y también la injusticia. Soy una persona superpacífica, decido no molestarme porque no se va a lograr nada, trato de sonreír y ver el lado positivo a todo; hasta que siento que alguien está siendo injusto conmigo o con alguien cercano. Ahí sí, mi otro lado aparece.
Además de actuar, bailar y cantar, Bastian compone sus propias canciones. Foto: difusión/Luna Projects
—¿Has perdido trabajo por inseguridad o por hacer caso a otros?
—Sí. Yo recién me meto a la música hace dos años, pero me he querido meter desde que tengo 11 o 12 años. Siempre me ha gustado cantar desde pequeño y posiblemente cantaba muy mal. Mucha gente se comenzó a burlar de mí, se burlaban de mi voz, de la forma en cómo cantaba y (lo peor es que fueron) personas que uno siente que son las más importantes. Lo único que uno quiere, a esa edad, es sentir su aprobación. Entiendo que esas burlas o esas bromas no eran para destruir mis sueños, pero para un niño sí son marcas. Y lo que hizo es que me traumó por 15 años. Recién, cuando vino la pandemia, tuve un pequeño tiempo para pensar qué me falta en la vida. Entonces, me meto a la música. Yo sentía que si es que no lo hacía ahorita, no lo iba a hacer nunca más en mi vida.
—¿Pudiste superar esos traumas?
—Sigo con el trauma porque eso no se va de la noche a la mañana. Por lo menos ya he dado el primer paso y cada vez que me subo a un escenario o que grabo en un estudio; siento que estoy sanando esa herida. Eso me pone muy feliz.
—¿Cuál es tu mayor miedo?
—Dejar que otros influyan en mis decisiones porque estamos rodeados de reglas, de opiniones, de críticas bastante destructivas. Nosotros necesitamos estar en redes sociales por exposición porque si no, prácticamente no existes, pero al mismo tiempo estás totalmente vulnerable a que todo el mundo te insulte. Dejar que los comentarios de los directores de casting, managers o productores definan mi posición creativa, es lo que siempre me ha asustado. No es fácil… Si ven mi propuesta musical, no es la más comercial, pero es la más cercana a lo mío. Entonces, dejar que alguien decida sobre eso, era un temor bastante grande. Y sobre todo con el tipo de música y la propuesta que estoy haciendo (...) Siempre he sido testarudo, así haya familiares que me digan que no estudie actuación o que no me meta a la música. (Me pregunto) ¿para quién estoy viviendo? Por lo menos que sea para mí, y así tenga pequeños miedos, siempre estoy tratando de darle ahí.