El mundo de la música está de duelo. En horas de la noche de ayer, una de las voces más reconocidas de la música cubana, Pablo Milanés, falleció a causa de un cáncer en un hospital de Madrid, en España.
Esta ciudad fue el hogar del artista durante los últimos cinco años de su vida, en la cual residía a razón de su delicado estado de salud, complicado por el diagnóstico de un cáncer conocido síndrome mielodisplásico, el cual disminuía su respuesta inmunológica y lo hacía vulnerable a otro tipo de afecciones.
Milanés, reconocido cantautor y compositor, fue uno de los íconos que ayudaron al surgimiento y la difusión de la llamada Nueva Trova Cubana.
A través de la cuenta oficial de Facebook del cantautor, su oficina artística confirmó la triste noticia.
“Con gran dolor y tristeza, lamentamos informar que el maestro Pablo Milanés ha fallecido esta madrugada del 22 de noviembre en Madrid —expresó—. Agradecemos profundamente todas las muestras de cariño y apoyo, a toda su familia y amigos, en estos momentos tan difíciles. Que descanse en el amor y en la paz que siempre ha transmitido. Permanecerá eternamente en nuestra memoria”.
Descanse en paz, amigo Pablo
Milanés solía venir al Perú con relativa frecuencia, pues aquí tenía una enorme cantidad de seguidores. Sus admiradores aumentaron desde que, en abril de 1986, participó en la Semana de Integración Cultural Latinoamericana, Sicla, un festival de trovadores que reunió a los mayores exponentes de lo que se denominaba la ‘canción comprometida’.
Por esos días, la ciudad de Lima fue prácticamente tomada por Milanés y otros artistas cubanos como Silvio Rodríguez, Vicente Feliú y los músicos de Irakere y Afro Cuba. Por Argentina llegaron Alberto Cortez, Mercedes Sosa, León Gieco, Fito Páez y Alejandro Lerner, entre otros; por Chile, Inti-Illimani, Isabel y Tita Parra.
El peruano Daniel “Kiki Escobar fue el coordinador y director musical del festival y él hizo brillar a estos artistas en los escenarios de la plaza de Acho, el Teatro Municipal, el Campo de Deportes de Villa El Salvador y Campus de la UNI.
La forma como Milanés era capaz de convertir las letras revolucionarias en canciones de amor (y viceversa) fue parte de su estilo; pero su versatilidad era tal que incluso algunos de sus temas fueron escogidos para identificar telenovelas.
Aunque en algunas canciones era acompañado por una orquesta, la mayoría de las ocasiones le bastaba un piano o solo su guitarra. Sus recitales eran como una reunión de un grupo de amigos. El público solía pedirle su repertorio clásico (‘El breve espacio en que no estás’, ‘Yo pisaré las calles nuevamente’. ‘Yolanda’, ‘El amor de mi vida’, ‘Para vivir’, ‘De qué callada manera’, ‘Yo no te pido’, etc.), y él las interpretaba siempre con la misma pasión.
Ahora el combativo Pablo Milanés, el inmenso trovador, ya descansa en paz de una terrible enfermedad que él supo sobrellevar hasta ayer.