
En la conferencia internacional “Japón: actualidad y futuro. Economía, política y relaciones internacionales”, organizada por el Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico (CECHAP) de la Universidad del Pacífico, el Dr. Yusuke Murakami, profesor de la Universidad de Kioto, ofreció una ponencia magistral sobre la política exterior de Japón hacia América Latina en el siglo XXI.
Murakami, investigador con tres décadas de trayectoria en el estudio de la política peruana y latinoamericana, inició su exposición con una reflexión personal sobre los lazos históricos entre ambos países.
Recordó su paso por la Embajada del Japón en el Perú en los años noventa, época en la que —según relató— vivió de cerca la violencia política. “Soy también víctima de violencia política. En ese momento sufrí dos atentados en la embajada, uno en mi casa. Así que soy también parte de Perú”, comentó entre risas.
A partir de esa experiencia, el académico reconstruyó parte de la historia del vínculo bilateral entre Lima y Tokio, mencionando hechos poco conocidos, como la participación de una farmacéutica japonesa —Hoshi— que entre 1919 y 1937 adquirió 30.000 hectáreas en el valle del Monzón para la producción de hoja de coca con fines medicinales, o la cooperación militar entre ambos países durante el conflicto de Leticia (1932–1934).
Sin embargo, el eje de su análisis se centró en la evolución de la política exterior japonesa tras la Segunda Guerra Mundial, y cómo esta ha transitado de una diplomacia “económica por la economía y para la economía” —en palabras del propio Murakami— hacia un escenario marcado por nuevas tensiones internas y externas.
El especialista explicó que la política exterior japonesa del siglo XX se desarrolló bajo el amparo de su alianza con Estados Unidos, en lo que definió como una diplomacia centrada en la expansión económica y la reconstrucción nacional.
“La alianza con Estados Unidos es indispensable; no hay otra opción”, afirmó, subrayando que Japón fue, más que un creador de órdenes internacionales, un “consumidor” del orden liberal existente.
No obstante, el académico advirtió que el país enfrenta hoy una transformación profunda en su panorama político interno. Según indicó, Japón atraviesa una etapa de fragmentación partidaria y populismo emergente, con similitudes a los procesos observados en otras regiones.
“Podría decir, en una palabra, que Japón vive un proceso de norteamericanización o europeización, o hasta latinoamericanización”, señaló, aludiendo al surgimiento de corrientes de derecha populista y xenofóbica.
Murakami observó que este fenómeno coincide con un contexto de cambio institucional, en el que incluso se prevé una posible disolución de la Cámara Baja y la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias.
“No se sabe qué tipo de alianza se formará, pero podría significar también un cambio de gobierno y, con ello, de política”, explicó.
Al abordar las relaciones con América Latina, el profesor sostuvo que la presencia japonesa en la región ha disminuido en las últimas décadas, desplazada por el avance de China y Corea del Sur.
Sin embargo, destacó que la percepción de Japón en países como Perú se mantiene positiva y que existe margen para relanzar la cooperación bilateral, especialmente en áreas tecnológicas, de infraestructura y agricultura.
“Japón tiene tecnología, infraestructura, experiencia en agricultura para pequeña y mediana escala. Hay oportunidades de colaboración, pero debemos definir los pasos concretos y el tipo de orden regional que queremos construir”, enfatizó.
Murakami concluyó su exposición invitando a reflexionar sobre los desafíos compartidos por Japón y América Latina en un mundo multipolar.
“Cada país tiene su propio contexto y debe enfrentar sus propios desafíos. Pero si queremos colaborar como socios en las próximas décadas —o incluso siglos—, debemos pensar profundamente qué diseñar y cómo distribuir nuestras capacidades”, dijo.
La reciente victoria de Sanae Takaichi en la dirección del Partido Liberal Democrático (PLD) desató una nueva ola de incertidumbre económica en Japón. En solo tres días, el yen se depreció más de 3% frente al dólar, tocando los ¥152,65 por dólar, su nivel más bajo desde febrero y cerca del umbral psicológico de ¥155, que históricamente ha motivado la intervención del Gobierno.
Según Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la UNMSM, el debilitamiento responde sobre todo a factores internos: Takaichi ha prometido reducir impuestos y aumentar el gasto público, medidas que, aunque populares, tienden a presionar la moneda a la baja.
A ello se suma la expectativa de que el Banco de Japón (BoJ) postergue su próxima subida de tasas de interés, inicialmente prevista para octubre.
En este contexto, los operadores volvieron a apostar por operaciones de carry trade —vender yenes para adquirir activos de mayor rendimiento—, amplificando la presión sobre la divisa.
Analistas de ATFX Latam consultados por este medio advierten que la probabilidad de un alza de tasas cayó de 60% a 25%, mientras el Ministerio de Finanzas emitió una advertencia sobre posibles movimientos “excesivos” en el mercado cambiario.
Aunque Japón conserva fundamentos sólidos —con inflación subyacente entre 2% y 2,4% y desempleo en mínimos de 2,2%—, el país enfrenta un dilema clásico: estimular el crecimiento o proteger la moneda. Por ahora, el BoJ parece inclinarse por lo primero.
Sin embargo, el debilitamiento del yen refleja un problema más profundo: el agotamiento del modelo japonés de estímulo permanente y la dificultad de sostener la confianza en una economía que busca redefinirse en medio de un nuevo ciclo político.

CINEPLANET: 2 entradas 2D + 2 bebidas grandes + Pop corn gigante. Lunes a Domingo
PRECIO
S/ 47.90
ALMUERZO O CENA BUFFET + Postre + 1 Ice tea de Hierba luisa en sus 4 LOCALES
PRECIO
S/ 85.90
CINEMARK: Entrada 2D - opción a combo (Validación ONLINE o mostrando tu celular)
PRECIO
S/ 10.90
PERULANDIA: 1 Entrada +Vale de 30 soles + bosque encantado + piscinas + Perusaurus en Huachipa
PRECIO
S/ 49.90