El producto proveniente de la región de Madre de Dios, en la Amazonía peruana, ha ganado relevancia a nivel internacional. Este superalimento no solo es fundamental en la gastronomía, sino que también ofrece diversos beneficios para la salud, entre los cuales se destacan la regulación de la presión arterial, la mejora del tránsito intestinal y su capacidad para ayudar en el control del sobrepeso.
Entre enero y julio de 2024, las exportaciones de este fruto superaron las 600 toneladas, siendo enviadas a más de 20 países. Desde mediados de 2020 su producción ha sido reconocida en los mercados internacionales, según el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
La castaña es un árbol de la familia Lecythidaceae, originario de Sudamérica, y especialmente de la región amazónica, que incluye Perú, Bolivia y Brasil. Las producciones de la castaña tienen una forma redonda, una piel lisa similar a la de un coco y pueden pesar hasta 2 kg. Al madurar, los frutos caen al suelo, y en su interior se encuentran hasta 20 nueces, con forma de media luna, una piel fina similar a la de las almendras, y un interior blanco y mantecoso.
Este resultado seco se utiliza en una gran variedad de recetas, como galletas, pasteles y helados. También se emplea para hacer leche a partir de las semillas trituradas, o en la preparación de harina de castaña, obtenida de las semillas deshidratadas.
Con un alto contenido de fibra, agua e hidratos de carbono, las castañas ayudan a combatir la obesidad, ya que son un alimento saciante con pocas calorías. Por ejemplo, 10 castañas asadas contienen alrededor de 200 calorías, lo que las convierte en un complemento ideal para las dietas de control de peso.
Las personas con diabetes también pueden consumirlas sin restricciones, debido a que sus hidratos de carbono se absorben de manera gradual, lo que evita picos en los niveles de azúcar en sangre. Adicionalmente, el potasio presente en las castañas ayuda a reducir la retención de líquidos.
Respecto a la regulación de la presión arterial, las castañas, al igual que otros frutos secos, son ricas en grasas saludables, incluye los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, que protegen la salud del corazón. Además, su bajo contenido de sodio y alto contenido de potasio, junto con su aporte de fibra, vitamina C y manganeso, contribuyen al control de la hipertensión.
Por último, las castañas también tienen un alto contenido de fibra que favorece una digestión saludable, alivia el estreñimiento y ayuda a mantener en buen estado la flora intestinal.