Los jóvenes peruanos ahorran. Esta acción, fundamental para construir proyectos personales, alcanzar sueños y asegurar un futuro más estable, la realiza el 61% de los jóvenes entre 18 y 25 años que residen en Lima Metropolitana, de acuerdo con el estudio de la empresa global de datos y tecnología, Experian. Pero, ¿en qué están destinando estos ahorros?
La creciente conciencia de la juventud sobre la relevancia del ahorro constituye una ventaja significativa, ya que evidencia el desarrollo de una educación financiera sólida desde edades tempranas. Este proceso, a su vez, “fortalece la creación de un historial crediticio que facilitará el acceso a futuras oportunidades de emprendimiento”, afirmó Aldo Saavedra, Gerente Comercial de Experian en Perú.
Cabe detallar los factores que influyen en el ahorro, pues estos determinan la capacidad de los jóvenes para construir un respaldo financiero.
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En el contexto de una economía que impulsa el emprendimiento, Perú lidera en América Latina en cuanto al número de jóvenes emprendedores. Según el último estudio de la consultora Alegra, un 54.3% de los emprendedores peruanos tienen entre 18 y 34 años, lo cual supera en un 14% el promedio regional.
Estas cifras coinciden con los resultados del estudio de Experian, donde se señala que los jóvenes son aquellos que muestran mayor espíritu emprendedor: el 55% de los limeños entre 26 y 35 años planea emprender, una cifra que se replica en el 45% de los jóvenes entre 18 y 25 años.
Sin embargo, este crecimiento refleja más que el simple deseo de ser empresario: se debe, en gran parte, a la falta de oportunidades laborales estables, apuntó Alejandra Dinegro, especialista laboral de la Universidad Mayor de San Marcos e investigadora principal de Fairwork-Oxford, a La República.
Y es que el contexto laboral en Perú, continúa, está marcado por una alta informalidad, lo que afecta de manera directa la capacidad de ahorro entre los jóvenes.
“Los jóvenes enfrentan varios desafíos estructurales que limitan su capacidad de ahorro a mediano y largo plazo. La informalidad laboral no solo afecta sus ingresos, sino también el acceso a empleos estables y con beneficios contractuales, lo que impide planificar con certeza a futuro”, señaló Dinegro.
Muchos jóvenes experimentan ingresos volátiles, lo que los excluye de ciertos productos financieros, como créditos, que requieren un historial crediticio y estabilidad de ingresos, detalló la especialista laboral.
Por su parte, Jorge Carrillo Acosta, experto en finanzas de Pacífico Business School, menciona la importancia de cambiar ciertos hábitos para mejorar la disciplina de ahorro. “Los jóvenes tienden a priorizar el gasto a corto plazo, como el gasto hormiga, y muchas veces carecen de una cultura de ahorro. Estos patrones están influenciados en gran medida por el entorno familiar y la educación financiera”, explica Carrillo Acosta.
Aquellos que han recibido educación financiera desde una temprana edad tienen una ventaja competitiva. Esta formación permite una mayor capacidad de organización financiera y preparación para el emprendimiento, complementó Dinegro.
La tecnología se presenta como un recurso fundamental para los jóvenes en su gestión financiera. Las aplicaciones móviles y las billeteras digitales ayudan a organizar el ahorro de manera semanal o mensual, pero pueden también promover el consumo impulsivo. “Hay jóvenes que usan estas herramientas para mejorar su control financiero, pero existe el riesgo de que estos mismos medios los lleven al consumismo”, agregó Alejandra Dinegro.
Respecto a los productos financieros más recomendados, la especialista laboral de la UNMSM señala que los jóvenes suelen comenzar con cuentas de ahorro o microcréditos y recurren al apoyo de familiares para reunir fondos cuando desean emprender. Sin embargo, para quienes buscan profesionalizar sus proyectos, las opciones formales de financiamiento siguen siendo limitadas debido a los requisitos estrictos.
Al hablar de formalización, Dinegro y el experto en finanzas de Pacífico Business School coinciden en que los jóvenes deben ser conscientes de los aspectos legales y fiscales antes de emprender. “Formalizarse puede ser complejo y costoso. Los costos de notaría, registro en la Sunat e Indecopi, además de la falta de familiaridad con la jerga legal, suelen desalentar a los jóvenes”, dijo Dinegro.
Como directora del Observatorio de Plataforma Digitales-Perú, dedicada a realizar investigaciones en el mercado laboral, señaló que es consciente de las dificultades para formalizarse, ya que “este proceso no resulta tan atractivo”. Constituir formalmente una pequeña empresa puede tardar hasta tres meses debido a la necesidad de crear una minuta, lo que implica recurrir a profesionales para obtener asesoría.
Además, el servicio de orientación brindado por entidades como la Sunat e Indecopi “es muy limitado”, lo que representa un obstáculo para jóvenes de entre 18 y 20 años que desean formalizarse, pero no están familiarizados con la terminología legal. El proceso de constitución en notarías, cuyos costos oscilan entre 200 y 500 soles, también resulta “desalentador”.
Por otro lado, el Régimen de la Micro y Pequeña Empresa (MYPE), al cual están sujetos, exige el pago del IGV y el cumplimiento de obligaciones laborales, como el pago de sueldos en planilla conforme al régimen correspondiente. Para pequeños negocios de uno o dos años de antigüedad, esto suele ser “insostenible económicamente”.
No obstante, quienes persisten en formalizarse logran acceder a beneficios legales, tributarios y bancarios. Este esfuerzo de inversión también les abre la posibilidad de solicitar créditos, operar con un RUC, y proteger su marca al registrarla en Indecopi. Carrillo Acosta, por su parte, subrayó la importancia de contar con contratos formales y conocer las obligaciones de crédito antes de solicitar productos financieros.
El Estado peruano ofrece ciertos beneficios para los jóvenes que desean formalizar su negocio, como la ‘Ley del Joven Empresario’. Este marco legal busca facilitar la participación en contratos públicos, ofrecer deducciones en el impuesto a la renta y brindar acceso a herramientas de asesoría para emprendedores.
Asimismo, el programa ‘Tu Empresa’ del Ministerio de Producción es un ejemplo de apoyo estatal, proporcionando asesoría gratuita en temas de constitución de emprendimientos, presupuestos y marketing digital.
Actualmente, resalta la especialista laboral de la UNMSM, se han propuesto algunas ideas que buscan incentivar a los jóvenes emprendedores. Una de ellas sugiere que aquellos que hayan cumplido con sus obligaciones tributarias durante dos años consecutivos reciban la devolución de 1 UIT (Unidad Impositiva Tributaria). Este tipo de incentivo puede ser fundamental para motivarlos a formalizar sus emprendimientos.
Y es que si bien algunos jóvenes emprenderán con o sin incentivos, conocer las herramientas y beneficios disponibles les ayuda a avanzar de manera más eficiente. Además, existe una fuerte red de apoyo entre jóvenes emprendedores, quienes comparten en redes sociales información útil sobre los beneficios y pasos necesarios para consolidar sus negocios.
Ambos expertos coinciden en que aún queda camino por recorrer para que el Estado sea realmente un aliado en la formalización de los emprendimientos juveniles.