Perú logró un acotado avance en términos de educación financiera, de acuerdo con las pruebas PISA realizadas en 2022 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): de 411 pasamos a 421 puntos; se lograron 10 puntos más que en la prueba PISA 2018 y 18 más que en la de 2015.
Sin embargo, cerca del 42% de los escolares no alcanza al nivel básico de competencia en alfabetización financiera (Nivel 2), mientras que en los países OCDE la tasa es de 18% en promedio. ¿Qué implica no estar en el Nivel 2? Que el grueso de los estudiantes no puede identificar productos y términos financieros comunes, ni la diferencia entre necesidades, deseos o tomar decisiones sencillas frente a gastos cotidianos.
Apenas 1% de los estudiantes tiene un desempeño destacado (Nivel 5) —en las economías OCDE, es 11% la media—: este grupo reducido sí puede analizar productos complejos, resolver problemas financieros no rutinarios y comprender ampliamente el espectro financiero. La OCDE revela que la mayoría de estudiantes peruanos no podría identificar una estafa vía correo electrónico, por ejemplo.
Patricia Escobar, directora de la carrera de Educación Secundaria de la PUCP, explica que los resultados de la prueba PISA, pese a recoger una realidad de hace dos años, pone sobre el tapete la necesidad de mejorar la educación financiera, sobretodo, en un país tan informal como el nuestro.
Solo superamos a Costa Rica, Brasil, Arabia Saudita y Malasia, en un ranking de 20 economías. Frente a países OCDE, estamos muy lejos —y a este bloque el Perú busca integrarse pese a no cumplir con los requisitos de progreso socioeconómico ni regulatorios—.
“Una buena educación no solo contribuye a una buena economía. Es clave para los desafíos del presente y futuro, ya que las personas deben estar más informadas y tengan las facultades para discernir en materia financiera”, comentó para La República.
Pero, en un país donde la rotación ministerial es elevada, es difícil materializar avances —añade—. Vale anotar que desde la llegada de Pedro Castillo al Gobierno —más allá del divorcio ideológico de su sucesora, Dina Boluarte— han habido 8 ministros de Educación.
Escobar recuerda que hay una ley que declara de interés nacional la educación financiera, tributaria, económica y de derecho al consumidor para fortalecer capitales, mas el Minedu duerme en la intencionalidad y no se viabilizan los contenidos.
El 63% de los estudiantes peruanos habla con sus padres, al menos una vez al mes, sobre sus propias decisiones de gasto. En países OCDE, la ratio es de 76%. En tanto, el 64% reconoce que puede decidir independientemente en qué gastar su dinero.
Además, el 77% alguna vez realizó tareas que implican el manejo y uso del dinero; aunque, en la práctica, apenas el 14% posee una tarjeta de pago o débito. En las naciones OCDE, es el 62% de escolares.
“Falta capacitación a los profesores y sobretodo, en escuelas rurales para mejorar. Tampoco hay acompañamiento de los padres a pesar de las aptitudes para manejar plataformas virtuales”, anotó Escobar.