La minería ilegal produce anualmente 2,2 millones de onzas de oro; es decir, el 39,9% de la producción total de este mineral, traduciéndose en un total de US$4.000 millones aproximadamente, de acuerdo con Pablo de la Flor, gerente de Asuntos Corporativos de la compañía minera Poderosa, durante el encuentro del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.
En esa línea, señaló que la exportación de oro ilegal es una de las principales responsables de la deforestación y contaminación amazónica. Las exportaciones de oro se han multiplicado por siete en los últimos 18 años y, con ello, la deforestación ha seguido avanzando. En los últimos cinco años, en Sudamérica, se han deforestado 121.000 hectáreas, lo equivalente 170.000 canchas de fútbol por los trabajos de los mineros ilegales.
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“Hay una clarísima y lineal relación con el desempeño de los precios del oro, por un lado, y la producción de oro sucio, oro ilegal en nuestro país. Hoy estamos entre los US$2.400 a US$2.600 la onza de oro y las perspectivas de la dirección que tome el desempeño aurífero en los próximos meses son positivas”, explicó De la Flor tras señalar que la minería ilegal es uno de los principales enemigos del sector.
Si bien no hay un estudio exacto para saber cuántos mineros ilegales hay en el Perú, es evidente que la minería ilegal e informal ha ido creciendo de manera exponencial. Algunas aproximaciones resaltan que serían entre 200.000 a 300.000 los mineros ilegales y que estos estarían operando principalmente en 10 regiones: Madre de Dios, Amazonas, La Libertad, Loreto, Arequipa, Huánuco, Apurímac, Cusco, Puno y Piura.
No obstante, aunque el avance de la minería ilegal continúa avanzando, es importante enfatizar que la minería formal también se ha expandido no solo en el Perú sino en América del Sur.