Fitch Ratings informó este viernes 26 de abril que la calificación crediticia del Perú se mantiene en negativo (BBB) pero ahora carga con una perspectiva también negativa, horas después de que S&P redujese su evaluación sobre nuestro país —aunque siga con el outlook estable—.
El elevado nivel de incertidumbre política y el deterioro de la gobernanza han afectado a la inversión privada y las perspectivas de crecimiento del PBI, acotó Fitch, por lo que manejan una perspectiva negativa.
Según la calificadora, Dina Boluarte tiene un débil mandato y se ha mantenido en el cargo de presidenta gracias a los partidos de derecha. Liberación de las AFP aprobado por el Congreso también impactaría en mercados financieros internos y elevaría presiones fiscales.
No obstante, Fitch recalca que las políticas macroeconómicas peruanas se han mantenido resistentes al problema político y la crisis económica, pero aún así, está siendo "puesto a prueba".
Fitch Ratings desde hace más de tres años mantiene la calificación crediticia del Perú en negativo, mas ahora, ha llevado también a ese terreno su perspectiva. En cambio, S&P bajó la nota pero tiene una perspectiva estable. Ambas estaban iguales hasta ayer.
Fitch Ratings prevé que, tras la contración de 0,6% del PBI en 2023, este año se recupere 2,6% a modo de rebote.
Por otro lado, cree que el objetivo del déficit fiscal del 2% del PBI es optimista porque existen riesgos derivados de la posibilidad de un mayor gasto social que evitarían cumplir con la regla.
Para este 2024, estiman que Perú tendrá necesidades de financiación de US$10.000 millones, unos 3,8% del PBI.