Durante el primer trimestre de este año, la población ocupada en Lima Metropolitana llegó a 5 millones 359.700 personas, según el INEI.
Hace meses, se pudo recuperar el total de la masa trabajadora de la capital —que funge como barómetro de la realidad peruana— frente al año prepandemia y recién la que conscierne al empleo adecuado —es decir, dentro de la ley— en 3,1%: de 3 millones 56.900 a 3 millones 151.100 personas. Estadísticamente es un incremento de 94.200 ciudadanos, pero abre paso a un panorama más auspicioso.
Sin embargo, el empleo precarizado (subempleo) sigue ganando terreno. Son 2 millones 208.600 los que trabajan menos horas que el promedio (subempleo visible) o que ganan menos que el promedio (invisible).
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Comparado al 2019, hay un incremento de 435.800 personas (24,6%); y por ramas, se redujo a 458.900 el grupo de trabajadores con menos horas semanales, pero creció a 1 millón 749.700 los que ganan menos de S/800 al mes.
Viéndolo por tasas, la del empleo adecuado está en debe (54,3% frente a 58,1% del 2019) y la de subempleo se disparó de 33,7% a 38%: es decir, 4 de cada 10 empleados limeños se desenvuelve en malas condiciones.
Vale recordar que el subempleo invisible abarca a aquellos informales que perciben al mes menos del 50% del costo de la canasta básica familiar, que fue fijada por el INEI en S/1.600.
El exviceministro de Promoción del Empleo Fernando Cuadros Luque asegura que el mercado laboral se ha precarizado, ya que el subempleo por ingresos está bastante por encima que antes del Covid-19: arrastró a más de 603.700 personas. Su tasa repuntó de 21,8% a 30,1% del total de subempleados.
Las mujeres participan más en el subempleo invisible: 1 millón 20.800 frente a 728.900 varones; y por nivel de educación, los que trabajan más son los que tienen secundaria completa (884.900 personas).
Además, las mypes son el principal nicho de esta práctica cuestionable: 1 millón 371.100 peruanos están en empresas de 1 a 10 trabajadores; y por rubros, los que precarizan más a su mano de obra son servicios (857.500 personas), comercio (585.500 personas), manufactura (212.200 personas) y construcción (72.800 personas).
La tasa de población desocupada llegó a 7,7% en el primer trimestre de este año. El INEI resume que son 8 de cada 100 personas las que buscan trabajo activamente.
Las féminas son las que están más sumergidas en el desempleo (235.000, mientras que los varones son 212.000).