La falta de lluvias en las zonas altoandinas del país ha puesto en jaque al sector alpaquero. La sequía está desapareciendo las fuentes naturales de agua y afectando la producción del forraje que es vital en la alimentación de estos animales. Según Fredy Quispe Idme, presidente de la Sociedad Peruana de Alpacas Registradas (ASPAR), esto ha resultado en un aumento de la mortandad de los camélidos.
De acuerdo con el dirigente, el nivel de mortandad de alpacas a la fecha se encuentra alrededor del 10%, pero esta cifra se incrementaría exponencialmente en 2024. "Si es que no se presentan las lluvias, se estima de que llegue al 50%", comentó a La República. Agrega que la crisis se agudizará entre junio y agosto del próximo año, principalmente en Puno, Apurímac y Huancavelica.
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La crianza de alpacas se realiza siguiendo los métodos ancestrales de recolección de recursos hídricos; sin embargo, la crisis climática imposibilita que los ganaderos subsistan solamente con estas prácticas. "En estos últimos años se ha visto que los espejos de agua están desapareciendo y eso preocupa el futuro de la producción y la crianza de animales", subraya Quispe. Por ello ahora demandan al Gobierno medidas orientadas en ellos.
En primer lugar, solicitan al Estado destinar financiamiento para la construcción y almacenamiento de recursos hídricos, identificando áreas específicas para la creación de reservorios. También, se busca presupuesto para implementar prácticas de extracción de agua del subsuelo.
Otra demanda crucial es la creación de un seguro agrario para alpaqueros o la reposición de animales perdidos debido a factores climatológicos. "Esto nos ayudaría de alguna forma a mantener el número de animales que se tienen para no perder el 50% de nuestra producción", señala el presidente de la Sociedad Peruana de Alpacas. Añade que la falta de respaldo económico limita la capacidad de los productores para implementar soluciones efectivas.
Quispe indica que estas propuestas ya fueron presentadas al ejecutivo hace dos años; sin embargo, hasta ahora no han recibido una respuesta positiva.
Finalmente, el representante de ASPAR destaca que la falta de acción resultaría en la afectación de alrededor de 80.000 familias que a nivel nacional se dedican a la crianza de alpacas.