Las proyecciones del crecimiento económico para el cierre del año se han reducido de 2,5% a 1,1%, de acuerdo con la información del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2024-2027, elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Entre las principales razones de esta reducción, se encuentran las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y los eventos climatológicos ocurridos en los últimos meses. De esta manera, tanto la inversión privada, que caería un 4,5%, como el desempeño negativo en cuatro sectores, han afectado el avance del PBI. A continuación, conoce cuáles son los rubros que más se han visto perjudicados en lo que va del año.
El sector que ha tenido el menor rendimiento ha sido el de pesca, el cual retrocederá en un -27,9%. Esto se debe principalmente a la cancelación de la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona norte-centro, la primera suspensión en 10 años.
“Los conflictos sociales y los fenómenos climatológicos nos han restado 2 puntos de crecimiento en el primer semestre del año. Hubo una caída histórica en la pesca, lo que afectó a la manufactura primaria, junto con un déficit hídrico. A eso se sumó el ciclón Yaku”, señaló Alex Contreras, titular del MEF, durante la exposición del MMM 2024-2027 este martes 29 de agosto.
Asimismo, el ciclón Yaku y el fenómeno de El Niño, que pasó de un FEN débil en febrero a un FEN fuerte en abril, generaron daños en la producción agrícola, la cual retrocederá en -0,5%.
Por su parte, el sector manufactura también se reducirá en un -2,3%. Particularmente, el sector primario es el que más disminuirá (-4,2%), debido a la afectación del procesamiento de pescado tras la interrupción de la primera temporada de pesca. Por otro lado, el sector no primario disminuirá en un -1,8%.
Finalmente, el segundo sector más afectado es el de la construcción, el cual, para el cierre del 2023, registrará un descenso de -3,4%. Este rubro ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses. En julio experimentó una caída del 4,9%, debido al desempeño negativo en el consumo de cemento, una tendencia que se ha mantenido desde septiembre de 2022, según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco).