En los últimos años, los ciberataques han aumentado a nivel mundial alcanzando a países de Latinoamérica. De acuerdo a los datos de la agencia Nozomi Networks, los cinco sectores más afectados entre julio y diciembre del 2022 fueron manufactura crítica (181), energía (65), sistemas de agua potable y desagüe (20), atención sanitaria y salud pública (19) y sistemas de transporte (16).
Es así que uno de los sectores más vulnerables en el entorno industrial es el de energía, el cual viene reportando ataques continuos en la última década. Sin embargo, también es uno de los más preparados debido a las regulaciones que se han ido implementando para hacer frente a la ciberdelincuencia.
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“El sector energía ha sido permanentemente atacado en los últimos 10 años; por eso, se ha preparado mucho. En Latinoamérica, vemos regulaciones en Brasil, Chile, Colombia, y poco a poco otros países se han sumado para mejorar las mejores prácticas en torno a la ciberseguridad en el campo energético”, señaló Fernando Castro, director regional de ventas de Nozomi Networks en Sudamérica.
Cada vez más empresas en América latina están apostando por resguardar su seguridad virtual ante la subida de los ciberataques, incluso monetizados, en la región. El campo no se limita solo al sector financiero, sino que abarca también a compañías mineras, industriales, médicas, entre otras.
“Cuando los países vayan creciendo en madurez, los ciberdelincuentes van a tener más restricción de entrada a las infraestructuras, por lo general, eso ocurre en los países desarrollados. En los que están en vías de desarrollo —los latinoamericanos—, hasta ahora se están adoptando medidas de seguridad; por eso son un ambiente propicio para desencadenar ataques”, refirió Ruben Avendaño, ingeniero de preventa de Sudamérica en Nozomi.
Entre los países que más han registrado robos cibernéticos están Brasil y México, por la extensión que tienen; pero se han incrementado igualmente en Perú, Colombia, Chile, Ecuador y Panamá.
Las perspectivas para los próximos 3 o 5 años es que los canales de distribución orientados a la ciberseguridad sigan creciendo, incluso a doble dígito anual. Además, se espera que avancen las regulaciones de los países de Latinoamérica, que van a llevar a implementar más controles y a que las compañías apuesten por el cuidado de su infraestructura. “En el último año hemos triplicado la cantidad de empresas que quieren trabajar en el campo de ciberseguridad industrial. Hay tendencia y demanda al alza”, señaló Castro.