El sector minería e hidrocarburos registraría al cierre del 2022 un crecimiento de 3,9% en relación con el año 2021 y una variación negativa de 3,4% respecto al 2019, valores insuficientes para retornar al nivel prepandemia, advirtió el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
“Con estas expectativas de 2022, el rubro minero sería el único sector que no lograría recuperar su nivel alcanzado en el 2019″, manifestó el jefe del IEDEP, Óscar Chávez.
Ello se debe al impacto que han generado los conflictos sociales medioambientales impidiendo la operación y ejecución de importantes proyectos de inversión, entre ellos mineros, poniendo en riesgo el 60% del PBI sectorial.
Precisamente, de los 131 conflictos socioambientales activos y latentes identificados por la Defensoría del Pueblo, 87 de ellos (66,4%) están relacionados a la actividad minera.
De igual manera, inciden en estas proyecciones las nuevas condiciones que se están dando para China, principal país comprador de concentrados de cobre.
Según el Fondo Mundial Internacional (FMI), China registraría este año un menor crecimiento de 5,6% a 3,3%, y de 4,6% para 2023. Ello debido a las políticas de Cero Covid que afectan a grandes ciudades de ese país.
“Estos factores han hecho que reajustemos a la baja la proyección del sector minero, situada a comienzos del 2022 en 6,1% donde se había tomado en cuenta el incremento del precio del cobre que, desde marzo del 2021, estaba por encima de los $ 400 por libra, así como del fuerte crecimiento económico que se esperaba para China (5,6%)”, expresó.
Así, el enfriamiento de la economía china viene afectando el precio del cobre que, luego de alcanzar un pico en marzo (US$ 464 por libra), ha mostrado una tendencia a la baja llegando a $ 411 en junio y cerrando julio en $ 354.
A ello, hay que sumar la crisis inmobiliaria que vive el país desde la caída de Evergrande (inmobiliaria más grande de China), en setiembre del año pasado.
Para Óscar Chávez, sin duda, estas circunstancias van a afectar el valor de las exportaciones peruanas mineras que, entre enero y mayo de este año, alcanzaron los US$ 16.020 millones, equivalentes al 79,3% de las exportaciones tradicionales y el 58,5% de las exportaciones totales. De igual manera impactará negativamente en la recaudación tributaria con menores ingresos fiscales, los mismos que son necesarios para financiar los programas sociales e inversión pública.