La Sociedad Nacional de Industrias (SNI) propuso la creación de un “banco de alimentos” que, de la mano con el sector privado, ofrezca a menor precio productos de panllevar a las familias más vulnerables y que no perciban más allá de los S/ 200 mensuales. La inversión para alentar esta cadena de distribución sería pública y de caracter social, es decir, un subsidio.
Durante la conferencia “Panorama y expectativa de la industria y la economía para este 2022″, el titular del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES), Antonio Castillo, explicó que ya existe una experiencia previa para el reparto de alimentos, ocurrida durante los primeros meses de la pandemia. En este caso se daría mediante vales de compra.
No obstante, lamentó que aquel plan “Hambre cero” no recibiera el respaldo del Gobierno, que finalmente decidió distribuir la ayuda mediante las alcaldías. Al final, solo el 60% de canastas logró colocarse, y muchas incluso fueron vendidas o sustraídas, según Castillo.
“Tenemos un plan estructurado y estamos a disposición de entregarlo al gobierno directamente. El Midis ya tiene una lista de esta población y el INEI, que ya la tiene focalizada, podría hacer un barrido en 10 ó 15 días para identificar a las personas que más lo requieran, como en comedores populares”, dijo el representante de la SNI.
Para tal efecto, la organización propone que, tras la compra de estos alimentos a la industria, el Estado proceda a repartirlos mediante el Ejército, Indeci, e incluso la Iglesia.
“Crear un banco de alimentos, un fideicomiso que compre directamente a fabricantes sin intermediarios, para que se reactive la producción nacional, como conservas de la industria pesquera, al igual que productos de panllevar entregados de forma directa, a través del DNI para identificar lugares donde se repartirían las canastas”, señaló.
Asimismo, la SNI también planteó incorporar el maíz, trigo y soya al Fondo de Estabilización para frenar la elevación de precios de la canasta básica, así como poner en marcha la decisión 894 de la Comunidad Andina (CAN) que faculta a retirar, temporalmente, el costo del flete de la base imponible en la importación de los principales insumos y maquinaria en los sectores de agricultura e industria.
En este punto, advirtió que la crisis internacional de fertilizantes se encamina a provocar mayores estragos sobre la economía nacional. Dijo que, a diferencia del Perú, países como Colombia o Brasil han comprado grandes volúmenes de urea, el de mayor uso entre los agricultores, para anticiparse a la situación.
“El Perú ha venido importando cerca de 375.000 toneladas de urea, en 2020, y 326.000, en 2021. El año pasado ya habíamos importado 98.000 solo en el primer trimestre; en este, sin embargo, solo tenemos 15.000, casi 84,3% menos de importación de este insumo”, refirió Castillo.
Por ello, respaldó la propuesta de establecer, a futuro, una industria a nivel local de fertilizantes como la existente en Bolivia, para contener los precios y aliviar a la agroindustria. Cabe precisar que, hace unos días, Midagri anunció que estaba en tratamientos con empresarios coreanos o chinos para su desarrollo.
Otra de las propuestas pasa por establecer un programa de abastecimiento de fertilizantes de Gobierno a Gobierno, potencialmente con China, y la creación de un fideicomiso para su distribución.
“Nosostros ya hubiéramos tenido proyectos de gas natural para la transformación de urea, que es justamente el factor por el que no hay en el mundo (la urea se fabrica con gas natural, la guerra ha traído desabastecimiento internacional). Bolivia tiene fabricación de urea y Perú, no. Un sector estratégico del cual somos importadores netos. Pero también tenemos los fosfatos de Bayóvar, en Piura, un compennte importante para lo que necesita el agro para su desarrollo”, destacó.