A medida que más empresas recurren a los pagos digitales y el número de dispositivos conectados crece, los consumidores exigen más claridad sobre lo que compraron y a quién se lo compraron. En el país, al menos 4 de cada 10 peruanos aseguraron tener problemas a la hora de identificar ciertos cargos en su historial de transacciones.
Esta situación hace que los consumidores se sientan molestos (34 %), ansiosos (35 %) e indefensos (20 %), según revela una encuesta realizada recientemente por Mastercard.
Asimismo, los encuestados, tanto en Latinoamérica y el Caribe (LAC) como en Perú, afirmaron que quieren ver detalles adicionales de la transacción en el historial de transacciones de su tarjeta: como el nombre del comerciante(58 %), su logotipo (39 %) y el lugar de la compra (55 %). Este enriquecimiento del historial de transacciones ayudaría a los consumidores a identificar rápidamente al vendedor y la compra en sí, pero, sobre todo daría a los titulares de las tarjetas una sensación de confianza y de tener el control de sus transacciones de pago.
En la actualidad ante situaciones de duda frente a transacciones sospechosas, los consumidores peruanos tienden a llamar inmediatamente a su banco (76 %) o presentar una queja oficial (73 %) en vez de intentar identificar el problema ellos mismos.
Frente a esta situación Mastercard lanzó Consumer Clarity, la cual proporciona a los titulares de tarjetas más detalles sobre sus compras y así ayudarlos a aumentar la satisfacción de los consumidores y a mejorar significativamente su experiencia de usuario, así como a limitar los reclamos de devolución de cargos para los bancos emisores.
“La claridad para el consumidor es especialmente relevante en la era digital, cuando la popularidad de la banca online y móvil está creciendo a un ritmo sin precedentes. Creemos que una mayor transparencia en las transacciones mejora significativamente la experiencia de los usuarios de los canales bancarios digitales, y a la vez da a los consumidores tranquilidad y sensación de control sobre sus gastos. Desde el punto de vista de los emisores, aumenta las interacciones de los titulares de tarjetas con los canales digitales del banco y los comerciantes obtendrán una mayor visibilidad de su marca. Además, tanto los bancos como los comercios se beneficiarán de un menor volumen de llamadas y reclamos de los consumidores”, dice Jorge Arbesu, vicepresidente sénior de Cibernética e Inteligencia de la empresa.