La pandemia de la COVID-19 ocasionará un aumento en el desempleo en América Latina. La Organización Internacional de Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectan que este año 11,571.440 entrarían a esta condición laboral, lo que representa un incremento de 3,4%.
Según Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal, con este crecimiento, la tasa de desempleo llegaría hasta 11,5%, reflejado en un total de 37.719.817 personas que se quedarán sin trabajo. “Creemos que son cifras optimistas para lo que se espera que suceda”, añadió en la presentación del informe “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe”.
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La brecha de género en este aspecto muestra que hay una diferencia de 2,5% en desempleo: la tasa de mujeres sin trabajo llegó a 9,6% en el 2019-"es muy alta"- y en hombres 7,1%.
No solo ello. La economía de la región se contraería en un 5,3%, estiman ambos organismos. Se trataría de la peor caída desde 1930.
Ambos aspectos agudizarán la pobreza en el país, que se aumentaría en 28 millones de personas, casi 30 millones, por lo que serían 214 millones las personas en esta condición en Latinoamérica. Asimismo, en pobreza extrema crecerá en 16 millones, siendo 83 millones de personas las que estarían en dicha situación. Ello significa una tasa de 34,7% y de 13,5%.
Asimismo, indicó que existe la inseguridad económica en grandes grupos poblacionales, por lo que pueden verse afectados a una pérdida de ingresos laborales.
En detalle, 23,8 millones de personas de los estratos bajos no pobre caerían en la pobreza, mientras que 16,7 millones en los estratos medios-bajos pasarían a la anterior condición. También habrá un fuerte deterioro en los estratos medios.
“Estamos proponiendo un ingreso básico de emergencia, equivalente a una línea de pobreza, equivalente a 143 dólares de 2010″, añadió Bárcena. Se sugiere que esta medida sea aplicada por 6 meses, lo que representaría un gasto de 2,1% del PBI.
La informalidad en América Latina llega a 54%, estimó la OIT y Cepal. En esto, han añadido que hay una mayor probabilidad de que las mujeres sean informales. Bárcena explicó que en la región hay 10 millones de trabajadores domésticos remunerados, principalmente son mujeres. “Y hay mayor probabilidad de que ellas sean un trabajador familiar no remunerado”.
Añadió que tienen una menor posibilidad de laborar en teletrabajo, “porque no tienen el mismo acceso de tecnología que los hombres, pero también por la sobrecarga de trabajo, al ser las responsables de las tareas de cuidado y ahora con la teleducación, son las mujeres las que apoyan a niños y niñas que están fuera de la escuela".
Expresó que hay una alta tasa, de 82,2% de personas sin educación que laboran de manera informal, mientras que un 62,4% son jóvenes y un 68,5% son de lugares rurales.
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