La industria de plaguicidas requiere de una fuerte inversión para desarrollar una nueva molécula, siendo el gasto aproximado de 286 millones de dólares, lo que brinda seguridad ambiental, seguridad toxicológica y eficacia agronómica.
Así lo señaló Carlos Rodríguez Koch, director ejecutivo de CultiVida, quien afirmó que se requieren 11 años de desarrollo e investigación y que sólo 1 de 159 mil moléculas llega al campo; y que las empresas de la industria presentan actualmente cerca de 120 estudios sobre seguridad y eficacia para lograr su registro de venta.
“Los temas medioambientales y de toxicidad son los más limitantes para el éxito de una nueva molécula, es por ello que el manejo de la resistencia es un tema clave ya que cada vez es más difícil lograr un nuevo producto con el perfil ambiental y toxicológico que pueda ser aprobado por las autoridades”, anotó.
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Los insectidas en el agro
Para Rodríguez Koch los insecticidas son herramientas valiosas usadas por agricultores que pueden contribuir a la eficiente producción de alimentos debido a que controlan a los insectos y artrópodos que reducen el rendimiento y la calidad de un cultivo.
Sin embargo, el método de control químico puede tener un tiempo útil limitado porque las plagas evolucionan naturalmente y se vuelven resistentes.
El Manejo de Resistencia a Insecticidas es importante para mantener la efectividad de los insecticidas, señala. “Le ahorra tiempo, esfuerzos y dinero a los agricultores ya que hay una disminución en la necesidad de aplicaciones repetidas en el campo. Se estima que la resistencia a los insecticidas tiene un costo adicional de 40 millones de dólares en tratamiento o controles alternos, solo en los Estados Unidos”, precisó.
Un enfoque integrado al manejo de insectos usando una gama de herramientas puede evitar o demorar la resistencia. Programas efectivos del Manejo Integrado de Plagas incluyen el uso de insecticidas sintéticos, insecticidas biológicos, artrópodos benéficos, prácticas culturales, rotación de cultivos, y variedades de cultivos resistentes a las plagas.
Sus declaraciones se dieron durante la LXI Convención Nacional de Entomología que se desarrolló en la ciudad de Ica.