Por Ani Lu Torres
La guerra comercial desatada entre EEUU y China viene empujando a la economía mundial hacia su primera recesión en diez años. Ante dicha situación, los inversionistas han solicitado a los políticos y bancos centrales que actúen de forma rápida con el objetivo de cambiar el rumbo.
Estos hechos han empujado las tasas de interés hacia niveles insospechadamente bajos en todos lados. En Europa, la curva de tasas de Alemania en su totalidad se ubicó en niveles negativos.
En el mundo emergente, después de los movimientos agresivos previos de Turquía y Brasil, hasta el día de ayer bancos centrales en Australia, Tailandia, Nueva Zelanda y la India bajaron sus tasas agresivamente.
Tailandia aplicó su primera baja desde el 2015 con un ajuste de 25 puntos básicos, en India alcanzó los 35 puntos, mientras que en Nueva Zelanda llegó a 50 puntos, el doble de lo esperado que coloca a su tasa en el mínimo histórico del 1%.
La consecuencia más visible del episodio actual es la concreción de tasas de interés inferiores y el mayor riesgo de que estas sigan bajando.
En tanto, el presidente americano Donald Trump insistió a la Reserva Federal (FED) “hacer recortes de tasas más grandes y más rápidos”; pese a que la entidad recortó su tasa en 0,25% hace una semana ante la posibilidad de que escalone la guerra arancelaria.
Pero ¿qué sucederá en el caso peruano? Marcel Ramírez, profesor de la escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, señaló que aún no es necesario llegar a la reducción de tasas de interés ya que no existe una crisis en el país.
“Todavía tenemos rezagos en la ejecución de la inversión pública y se puede seguir generando confianza al inversionista privado”, manifestó.
Sin embargo, recalcó que un menor crecimiento de China y EEUU contagia al resto del mundo ya que son los principales demandantes de manufactura, metales y productos agrícolas.
Por su parte, José Távara, profesor principal del Departamento de Economía de la PUCP, dijo que la ventaja que tiene el Perú es que goza de un equilibrio macroeconómico por lo que el problema no debe centrarse en una reducción de las tasas sino en el empleo.
“Es urgente políticas expansivas contracíclicas y que se acelere la inversión pública”, manifestó el docente.
Guerra Comercial