Javier neves mujica. Abogado laboralista. Magíster en Derecho con mención en Derecho Constitucional. Docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Exministro de Trabajo en el periodo 2004-2005.,Para Javier Neves Mujica son pocas las opciones que tiene el Gobierno de ir por una flexibilización laboral. Sin embargo, la situación actual tampoco permite consensos. En entrevista, evalúa el escenario laboral peruano y considera que los cambios más importantes en el futuro podrían venir desde otros frentes, como el Tribunal Constitucional. - ¿Cuán perjudicial fueron los cambios en la legislación laboral aplicados por el expresidente Fujimori en los 90? Velasco hizo una reforma laboral importante. Era proteccionista en lo individual, porque introdujo la estabilidad laboral; y era controlista en lo colectivo porque si tú negociabas, al final el acuerdo debía ser aprobado por el Ministerio de Trabajo. Fujimori transformó enteramente ese modelo por otro que fue desprotector en lo individual y liberal en lo colectivo. Ese modelo, algún funcionario de la OIT alguna vez lo llamó “desregulación salvaje” y dijo que era la más radical de América Latina. Ese subsiste hasta hoy. Creo que en este momento hay un empate de fuerzas. - ¿Se refiere a un escenario saludable? Creo que los empresarios quisieran una flexibilización mayor y los trabajadores quieren recuperar la situación anterior. Ese choque de fuerzas paraliza los cambios. - ¿Y el Gobierno? En general, los últimos gobiernos están mucho más ligados a los empresarios que a los trabajadores. Sin embargo, tienen temor a una protesta social masiva que no la hemos tenido en los últimos años. Salvo quizá la movilización por la Ley de Empleo Juvenil, que dejó sin efecto la norma. No es que los sindicatos tengan la fuerza suficiente para impedir que los empresarios avancen, es el propio gobierno. El ministro de Economía lo ha dicho: no es políticamente oportuno introducir cambios en este momento. - El Ministerio de Economía y de Trabajo tienen hoy diferencias sustanciales sobre el mercado laboral. ¿Cómo deja eso al gobierno de Vizcarra? A mí me pasó lo mismo cuando fui ministro de Trabajo y Pedro Pablo Kuczynski era de Economía. Nosotros avanzábamos a una nueva Ley de Trabajo y PPK buscaba una nueva flexibilización. Chocamos interna y públicamente. ¿Quién paró eso? El premier Ferrero y luego el propio Toledo, quien dijo que el gobierno no haría reformas laborales. Siento que esto se parece un poco a eso. Creo que Oliva tiene su discurso de flexibilización para quedar bien con los empresarios, con El Comercio; pero no lo va a hacer. El Gobierno se jugaría una ruptura de su luna de miel con el pueblo y habría una protesta social intensa. - ¿Y por el lado del Ministerio de Trabajo? Hemos quedado en una paradoja. Incluso nosotros los laboralistas prosindicales siempre cuestionamos la legislación de Fujimori. Pero ante una fuerte arremetida empresarial por flexibilizar todavía más, hemos terminado paradójicamente defendiendo la legislación actual porque nos parece que más allá de eso es difícil ir hoy. La correlación de fuerzas haría que los cambios fueran peores. Quedémonos con lo que está, que no solo son los cambios del fujimorismo, sino las decisiones importantes del Tribunal Constitucional (TC). - El Consejo Nacional de Trabajo es el espacio de diálogo social. ¿No ha funcionado? En el asunto del salario mínimo se está avanzando, pero en la contratación temporal y el despido es difícil tomar un consenso. Tendrán que tomar decisiones el Congreso y el Tribunal. - En resumen, el gobierno de Vizcarra tampoco aplicará cambios en materia laboral. Ni para un lado ni para el otro. - ¿Y qué tipo de gobierno sí aplicaría cambios? PPK, el máximo representante del empresariado y el liberalismo, no quiso. Me comentaron que él dijo en alguna reunión “yo no quiero esto para el Perú”. Se moría de miedo. Me podrían decir pesimista, pero lo que sí es cierto es que hay que luchar por introducir cambios a la legislación. - La negociación colectiva ha sido un cambio. ¿Realmente es válido oponerse a un derecho laboral diciendo que se afecta al presupuesto? Yo diría que, constitucionalmente, el derecho no admite dudas. El TC en dos sentencias, la de Presupuesto y Servicio Civil, señaló que los trabajadores tienen derecho a negociar colectivamente y comprenden remuneraciones. ¿Cómo creo que debe funcionar este mecanismo? Las centrales sindicales de trabajadores del Estado deben presentar propuestas de incremento básico año a año. Negociar con la PCM y si llegan a un acuerdo, ese se incluye en la propuesta de presupuesto para el año siguiente. Y el Congreso la aprueba. Un procedimiento complejo y delicado, pero viable. - ¿Y la meritocracia? Esa negociación centralizada se referiría al incremento al básico y el incremento por meritocracia lo decide cada entidad en función del rendimiento y la capacitación de cada persona. Creo que el ingreso, la permanencia y la promoción deben estar vinculados a la meritocracia, pero las remuneraciones en todas sus partes deben estar vinculadas por la puesta de disposición de mi actividad. - Negociar salario y promover la meritocracia con bonificaciones. Exactamente. Así conciliamos la meritocracia con la negociación colectiva y el presupuesto con la negociación colectiva. - El MEF ya dijo que se observará. Lo cual me parece lamentable. - En su opinión, ¿por qué el Congreso delegó en su momento esta ley al Ejecutivo? No estaban muy convencidos. Hay mucha demagogia detrás de esto. Ahora... ¿el Congreso va a insistir? Yo tengo mis dudas. - ¿Y cómo queda la Ley Servir ahora que ya derogaron varios de sus artículos y se salieron entidades como el BCRP? Es una pena. En el Estado, por lo menos al interior, debería haber un único régimen laboral que tuviera todos los derechos individuales y colectivos. - Para atender el desempleo en jóvenes, el MTPE está elaborando una nueva ley juvenil. ¿La ve viable? Promover el acceso de los jóvenes me parece justificado. Este es el primer proyecto que combina derechos y estímulos para la contratación. Y con contratos permanentes. Corrige las deficiencias de los dos anteriores. - Pero si el sector privado no está de acuerdo con estos contratos, ¿realmente prosperará? Es difícil de anticipar. Dependerá de cuán atractivos serán los incentivos.