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Ricardo Gareca, entre el amor y el odio del hincha peruano

Nos clasificó a un mundial, nos hizo creer en el triunfo y en no temerle a ninguna selección rival. Le hicimos un monumento y lo creímos un peruano adoptivo. Ahora es el entrenador de la selección chilena y la polémica se desató. “Traición”, han dicho algunos. Aquí la opinión de un antropólogo y un historiador sobre el ‘affaire Gareca’.

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Firma. Gareca durante su presentación y conferencia de prensa como DT de Chile el 25 de enero pasado. Foto: difusión

Cuando el 25 de enero Ricardo Gareca firmó su acuerdo con la Federación de Fútbol de Chile para ser el nuevo entrenador de la Roja, en Perú se desataron pasiones. Un cantante le dedicó una canción deseándole que le vaya “muy mal”. El escritor y conductor Jaime Bayly dijo en su canal de YouTube que “traicionó a los hinchas peruanos” y le dedicó fuertes epítetos. Por allí, varios más en redes sociales se preguntaban quién fue el desubicado que le mandó a hacer una estatua en un distrito limeño. Y un periodista político lo llamó “mercenario”.

También es justo decir que muchos otros respaldaron su decisión y más bien han culpado a la actual dirigencia de la FPF por el hecho de que el Tigre no prolongara su estadía con la selección peruana un ciclo más. Incluso los jugadores de la Blanquirroja tomaron la noticia con calma. “Que le vaya bien con todos, menos con Perú”, le desearon referentes del equipo como Yotún y el ‘Oreja’ Flores.

El antropólogo Alex Huerta explica por qué ha dolido tanto la decisión de Gareca. “Lo que veo más es el antichilenismo antes que el antigarequismo. Siento que gran parte de la hinchada todavía lo quiere, pero ha sido azuzada en contra por algunos personajes públicos. Y se han dejado convencer por argumentos manipuladores y populistas”.


Grupo. En su paso por la selección peruana se ganó el cariño de todos los seleccionados con cada triunfo. Foto: difusión

Agrega que acaso la polémica crece porque Gareca era considerado hasta ahora un héroe cultural. “Estábamos en un caos, una sequía, y él nos organizó. No íbamos al mundial desde hace décadas, estábamos fuera de la aldea global, y Gareca nos introdujo en ella. Estábamos aislados y él nos devolvió esa idea de volver a estar. Fuimos la mejor hinchada del mundo. Nos unimos con el tema ‘Cómo no te voy a querer’, nos identificamos con la camiseta, se disparó el consumo y nuestra peruanidad se vistió de alegría. Algo inusual”, reseña Huerta.

Y después de todo ese sentimiento, Gareca no volvió. Y tiempo después firmó con Chile.

Para Huerta, el Tigre sigue en el corazón de los peruanos porque aquí lo ven como un tipo serio, no chonguero, un papá para los seleccionados y para los hinchas. Y encuentra razones de fondo en esa relación...

“Somos un país huérfano, conquistado, colonial, necesitamos una figura patriarcal. Somos poco democráticos, necesitamos alguien que nos guíe. Gareca es eso: es serio, dirige y al mismo tiempo abraza a Cuevita, cree en nosotros y nos da segundas oportunidades”. Por eso había tanto feeling con el argentino.

El historiador y periodista deportivo Jaime Pulgar Vidal ve las cosas más desapasionadamente. En principio señala que la gente identifica demasiado el futbol con la nación y a partir de ahí algunos exacerban el odio entre países. Si bien los seleccionados de fútbol de Perú y Chile representan simbólicamente a su nación, para él son, sobre todo, el equipo de la federación de futbol de cada país. A partir de ahí le parece absurdo que Gareca no pueda firmar un contrato con Chile si dice amar al Perú.

Hinchada. Los sufridos hinchas de la selección han sentido su contrato con Chile como una ingratitud. Foto: difusión

“Ese es el punto. Confundir la idea del futbol con la nación, y con ello el odio de algunos peruanos hacia Chile. Y viceversa. El día que se conoció la noticia, puse en Twitter (hoy X): ‘Bien por Chile y bien por Gareca. Lo que me parece mal de Perú es que el comandante general de la PNP haya dicho que lo echaron de forma ilegal y ojalá algún periodista investigue’. Es decir, trataba de hacerle ver a quien me sigue que la idea de Perú es mucho más grande que la idea de fútbol”, explica.

Pulgar Vidal dice que, más allá de Gareca, a él la actitud de Jorge Fossati con la ‘U’ —club del que es hincha— no le pareció apropiada porque todavía tenía contrato. “Rompió el contrato y se fue a la selección. Ya no me interesa su trabajo. Quiero que la selección gane, pero sobre todo quiero que el Perú gané en lo político, en lo económico, en tantas cosas en las que perdemos siempre”.

Algunos memes y mensajes en redes sociales confirman la percepción de rivalidad inacabable entre ambos países. Un usuario preguntó en Twitter: ¿Qué opinan acerca de que Gareca sea el nuevo DT de la selección chilena? Las respuestas eran: “Estoy sintiendo la traición”, “yo nunca confié en los hombres”, “traición. Lo quería más que a mi papá”, “cárcel por infiel”. Y así por el estilo. Un meme que circuló mucho ponía a Gareca con la camiseta chilena en las manos y la leyenda: “Como cuando ves a tu papá con su otra familia”. 

Otro historiador, Daniel Parodi, dice en un artículo reciente: “Lo que me llama la atención es nuestro nacionalismo barato, chato, cuasiordinario, desideologizado y banal, que, hasta cierto punto, es manifestación de enormes carencias en nuestra sociedad [...] En primer lugar, ¿qué es esta guerra soterrada con Chile? ¿Hasta cuándo la vamos a seguir librando de manera tan trivial y primaria, tal cual una barra brava? Y al respecto, ¿cuándo ambos países, porque tienen que ser los dos, adoptarán las políticas del caso para que la “rivalidad del Pacífico” deje de ser uno de los entretenimientos más populares de nuestras dos naciones?”.

Héroe. El técnico argentino tiene una estatua junto a Paolo Guerrero en el distrito de San Miguel. Foto: difusión

Esa idea es recogida por Alex Huerta, quien señala que es un buen momento para hablar de esa vieja, histórica rivalidad con Chile, que ya lleva demasiado tiempo en la memoria.

“Los franceses no tienen esa animadversión con los alemanes, aunque la Segunda Guerra Mundial es más reciente. Chile era una intendencia cuando Perú se independizaba, luego nos ganó una guerra y tuvo un crecimiento económico importante, pero ya es hora de dejar esa rivalidad de lado”, dice.

Si Gareca hubiera firmado con cualquier otra selección de Sudamérica, no hubiera causado tanto revuelo. Hoy se encuentra entre el amor —que todavía es mayoritario— y el odio o la indignación de la hinchada peruana. Nuestro ex-DT debutará como entrenador de Chile en un partido oficial justamente contra Perú el 21 de junio próximo por la Copa América. Huerta precisa que quizá la rivalidad se exacerbe de cara a los partidos de la Copa y las eliminatorias. Habrá que ver. La situación más indeseable podría darse si Chile dejara fuera a Perú en la lucha por un cupo al próximo mundial.

Ha habido también mensajes muy alentadores para el argentino. Nos quedamos con este tuit de un hincha agradecido: “Ricardo Gareca logró algo que nunca pensé ver en vida, que vaya al mundial y que a partir de ello tengamos alegrías pese a los mil problemas que tenemos como país y sociedad. Jamás podría desearle el mal”. El antropólogo Huerta zanja la discusión: “Hay que entender que el fútbol es un negocio y Gareca ha hecho lo que corresponde”.