Por: Mariano López V.
Banderas cremas, el canto unísono y una multitud de fieles que nunca, pero nunca, dejaron de creer. Sobre el puente de la Línea Amarilla, aquel que mira el estadio Alberto Gallardo desde una posición tan privilegiada como riesgosa, un nutrido grupo de hinchas de Universitario se hicieron presentes para una última muestra irrevocable de fe ante su santo, ‘San Gregorio’.
Ellos, creyentes a morir, lo escuchaban predicar todos los fines de semanas. Y él, durante los últimos dos meses, cumplió con cuantas suplicas pudo, incluso las más complejas, exigentes e irreales. No había razones para creer que esta vez no sería así.
Tras un final de temporada espectacular bajo el mando del técnico uruguayo Gregorio Pérez, Universitario debía cerrar el 2021 de manera positiva ante Melgar, para así alcanzar el último objetivo trazado: clasificar como Perú 3 a la siguiente Copa Libertadores de América. Este se lograba de dos maneras: ganando o empatando. La derrota le otorgaba esa posición a los ‘rojinegros’ y dejaba a la ‘U’ como Perú 4, lo cual significaba jugar tres rondas previas (seis partidos) para recién llegar a la ansiada fase de grupos. A ello se le sumaba un incentivo económico importante (500.000 dólares de ser Perú 3) para las alicaídas arcas del club. Era una final, y el aplicado equipo de ‘Goyo’ la jugó tal y como venía haciéndolo. Al fin y al cabo, desde que volvió al club todas han sido finales. Todas.
Los ‘merengues’ no se salieron de su libreto para afrontar el encuentro y optaron por su habitual 4-3-3, con el regreso de Aldo Corzo como lateral derecho, la columna vertebral compuesta por Carvallo, Quina, Alonso, Alfageme, Novick y Valera, y los siempre peligrosos Quintero y Urruti. La idea: ser agresivos en los duelos individuales, obstruir líneas de pase y apostar a un juego de transiciones ofensivas rápidas, una receta más que conocida, pero que solo ‘Muni’ supo detener. Esta idea fue puesta en práctica de inmediato, cuando Alfageme tuvo tiempo en el medio campo para levantar la cabeza y encontrar a Cabanillas por la banda izquierda, para que este desborde y mande un centro de la muerte. Ahí, entre rebotes e intentos de rechazo por parte de la defensiva de Melgar, Urruti, que levantó su rendimiento considerablemente desde el regreso de Pérez, pudo encontrar el fondo de la red (25′). De esta manera, el extremo uruguayo llegó a los cinco goles en la temporada con la ‘U’. El balón empezó a ser exclusivamente arequipeño. Sin embargo, no existía una finalización que acompañe su abundante posesión del balón. El recurso más usado por Melgar, en definitiva, eran los centros, ‘pan comido’ para Alonso, Quina y Corzo.
Pero un penal cobrado a favor del ‘León’, a diez minutos del final, instaló el miedo y aumentó la ansiedad en el banquillo crema. Cuando Iberico lo transformó en gol (81′), peor. Ahí es donde los muchachos, aquellos que dejaban la garganta sobre un puente como si este fuera la tribuna norte del estadio Monumental, comenzaron a cantar con más fuerza. El aliento, seguro, alcanzó la cancha, ya que el joven Quispe encaró con sus últimas fuerzas y asistió a Valera, el goleador Valera, para que convierta su tanto número once (90+3′) en esta Liga 1 y cumpla un ruego mas. La ‘U’ será, ante todo pronóstico, Perú 3 en Copa Libertadores. Melgar, a la Sudamericana.
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Universitario de Deportes
Imparables. El regreso de Pérez a la ‘U’ dejó un saldo positivo: siete triunfos y una derrota.
Letal. Con 11 goles en Liga 1, Valera superó su cifra de nueve tantos en 2020 con Llacuabamba.
Infografía - La República
Alex Valera, delantero de Universitario
“Mis goles también han sido por el esfuerzo de todo el equipo. Entramos al campo y damos siempre lo mejor. Teníamos la oportunidad de clasificar como Perú 3 y no la queríamos dejar pasar”.
Gregorio Pérez, director técnico de Universitario
“Hemos terminado un periodo corto pero satisfactorio. Ganamos 21 puntos de 24, muchos de ellos fueron sufriendo. Hoy era una final, se jugó con mucho nervio y ansiedad. Lo importante era ganar”.