Por Marco Giovanni Cabrera
Detrás de una cancha de fútbol también hay protagonistas que influyen en los resultados. No visten camisetas y tampoco usan botines con toperoles de aluminio, su juego está en el terreno de la gestión deportiva para proveer las herramientas logísticas al comando técnico de la Blanquirroja. Antonio García Pye, gerente de selecciones, conversó con La República en una entrevista que se extendió hasta los tiempos suplementarios.
¿Es una ventaja trabajar sobre una base de posibles convocados? Tengo entendido que ya enviaron las cartas a los clubes del extranjero.
Este viernes (ayer) enviamos las cartas de reserva a un universo mayor, analizamos primero el grupo base que conocemos porque todavía no quiero presionar al comando técnico para que me definan los nombres hasta última hora. Luego analizaremos, previo al periodo FIFA, cuáles son sus últimos partidos y en qué ciudades juegan para traerlos en ese momento. Cuando nos definan la lista oficial, ya tendremos preparado el esquema central de trabajo.
¿Esta convocatoria será numerosa tomando en cuenta que se jugarán tres fechas consecutivas?
En las Eliminatorias no existe un límite para el número de convocados. La única limitación es que, 24 horas antes de los partidos, hay que inscribir a 23 jugadores elegibles, pero el número de convocados puede ser cien si quieren. El profesor trata de convocar a un número adecuado para poder trabajar y tener alternativas en caso ocurran suspensiones y lesiones, hay que estar preparados para todo.
¿Los partidos también se ganan fuera de la cancha con el trabajo logístico?
Más que ganar partidos, sería muy presumido de mi parte, tratamos de no perderlos porque si todo sale como queremos, el profesor tendría la tranquilidad de poder trabajar con todos los jugadores que desea tener a disposición. Obviamente, si hay algún retraso en la llegada de los convocados, perjudicaría su trabajo. Nosotros tratamos de darles las mejores rutas posibles para que el descanso y el trabajo sean óptimos.
A diferencia de otros países, Perú no tuvo casos de COVID durante la Copa América, ¿La burbuja sanitaria funciona?
Nuestra área médica es una de las más exigentes, inclusive más exigente que la Conmebol a veces, por eso tuvimos buenos resultados.
Se dice que la convivencia del grupo durante un mes en Brasil permitió recuperar la identidad de juego. ¿Tan importante es?
Cuando no hay tiempo de trabajo ni de conjunción, muchas veces obligan a convocar a los que no están en actividad porque de alguna manera tienen los automatismos y nos la jugamos, pero siempre eso merma nuestras posibilidades. La Copa América ha permitido trabajar con tiempo, ver otros nombres y esos nuevos jugadores ya saben qué necesita el comando técnico de ellos; entonces, cuando los vuelvan a llamar, no será necesario un proceso de adaptación.
¿Por qué nos va bien en la Copa América y no tan bien en las Eliminatorias?
Porque no tenemos el universo de jugadores suficiente como otros países, también por la pandemia y la casi nula actividad, además de algunos referentes con lesiones, todo eso obligaba a echar mano a veces a grupos que no estaban compenetrados del todo con lo que quiere el comando técnico. Trabajar dos o tres días, con jugadores que vienen de países lejanos, complica la planificación, pero el grupo ha sabido salir de situaciones bravas en más de una vez.
¿Sorprendió en la interna la rápida adaptación de Gianluca Lapadula?
La edad lo ayuda, es un hombre maduro, con recorrido, ha sabido manejarse con mucha inteligencia y ha sabido enfrentar con humildad la idolatría que genera, no se le han subido los humos y ha sido humilde con el grupo, eso ha ayudado mucho.
¿Las redes sociales afectan o benefician a los deportistas? Los elogios y críticas a veces son desmedidos.
Es cuestión de saber utilizarlas. Yo soy alérgico a las redes sociales, por ahí uso un poco el Instagram y el WhatsApp para trabajar. Tampoco puedo alejarme del mundo moderno, las nuevas generaciones nacen con eso, pero no hay que perder la relación humana directa, es triste ver que en una mesa están todos con el celular y no exista interacción.
Se habla mucho de la falta de apoyo al fútbol de menores. ¿Es responsabilidad de los clubes o de la Federación?
La mayoría de clubes no quiere invertir en crear condiciones logísticas y materiales para formar jugadores, prefieren contratar jugadores formados afuera para buscar resultados más rápidos, pero esporádicos. Si el trabajo de menores sale de su presupuesto y no alcanza, es porque todo lo aplican a mayores. El problema no es la falta de dinero, sino cómo se usa. La FPF debe obligar, a través de licencias, que solo participen los equipos que se pueden sostener.
¿Debe regresar el público a los partidos de la selección a pesar que el Ministerio de Salud anunció la llegada de la tercera ola en setiembre?
Sin público, no hay la misma adrenalina, los futbolistas sienten el aliento de las tribunas. Parece exagerado, pero no es así, esto no es Play Station, ojalá los hinchas puedan volver pronto. Si ya están abriendo los cines que son espacios cerrados, los estadios también podrían hacerlo con un aforo reducido y en un ambiente absolutamente ventilado. Nosotros acataremos lo que digan las autoridades.
Tiene más de once años en la FPF, ha sobrevivido a varias gestiones y tempestades.
Ya me estoy jugando los descuentos, laboralmente hablando. Me gustaría estar en un cargo más tranquilo, más de asesor, más de docente, hay que dejar espacio a los jóvenes. He notado que hay gente muy capacitada que puede hacerlo mejor que yo, inclusive aquí estoy preparando a algunas personas porque tengo la ilusión de que se van a quedar para reemplazarme y superarme.
¿Aceptaría ser gerente o administrador de la ‘U’?
No descarto nada. Yo tengo un compromiso con la Federación hasta finales del 2022 y después, si la salud me lo permite y la propuesta me agrada, lo haré.
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