El vuelo 502 de la aerolínea LANSA partió de Cusco rumbo a Lima el 9 de agosto de 1970. Sin embargo, su destino se truncó pocos minutos después de despegar. El avión, un Lockheed L-188A Electra con matrícula OB-R-939, sufrió una falla en el motor durante el ascenso inicial, lo que provocó su caída en un terreno montañoso cerca del pueblo de San Jerónimo.
La tragedia dejó 101 muertos, incluyendo a 67 estudiantes estadounidenses, turistas y ciudadanos peruanos. El accidente aéreo reveló serias deficiencias en los protocolos de seguridad y mantenimiento de LANSA. Pese a los esfuerzos de la tripulación por mantener el control, la falla del tercer motor junto con decisiones operativas erróneas llevaron al trágico desenlace.
El vuelo 502 despegó del Aeropuerto de Quispiquilla en Cusco, conocido hoy como Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, alrededor de las 2:55 pm. Durante el despegue, uno de los motores comenzó a fallar, lo que generó una emergencia. La tripulación intentó mantener el vuelo utilizando los otros tres motores, pero la situación empeoró rápidamente. El piloto, en un intento desesperado por estabilizar la aeronave, decidió retraer los flaps, lo que redujo la sustentación del avión.
La aeronave perdió altura y se precipitó hacia el suelo, impactando a solo 4 kilómetros de la pista de despegue. La violencia del choque destruyó la aeronave casi por completo, dejando a solo un sobreviviente entre los ocupantes. Este accidente reflejó la falta de preparación para enfrentar emergencias críticas por parte de la aerolínea, lo cual fue motivo de fuertes críticas y sanciones posteriores.
El vuelo 502 transportaba a 100 personas entre pasajeros y tripulación, además de dos personas en tierra que también fallecieron por el impacto. La mayoría de los pasajeros eran estudiantes estadounidenses que regresaban de una visita a Machu Picchu como parte de un programa de intercambio cultural llamado "International Fellowship". Entre las víctimas también se encontraban turistas locales y dos alumnas de un colegio en Lima. Con los restos de la aeronave dispersos por el terreno montañoso, el único sobreviviente fue el copiloto, quien, a pesar de sufrir quemaduras graves, logró escapar de entre los escombros.
El vuelo 502 de LANSA Perú se estrelló en un terreno montañoso cerca del pueblo de San Jerónimo, a unos 4 kilómetros al este del aeropuerto de Quispiquilla, en Cusco.
Las investigaciones concluyeron que el accidente del vuelo 502 se debió a una combinación de errores humanos y fallas mecánicas. El fallo inicial del motor, sumado a una incorrecta decisión de retraer los flaps en plena emergencia, fueron factores clave en el desenlace fatal. Adicionalmente, se reveló que la aeronave presentaba deficiencias en el mantenimiento, lo que agravó la situación.
Las autoridades peruanas sancionaron a LANSA con una suspensión temporal de operaciones por 90 días, mientras se investigaba a fondo el caso. La investigación también descubrió irregularidades en la documentación de mantenimiento de la aeronave, lo que puso en entredicho la gestión de la aerolínea.
El vuelo 502 llevaba a bordo a 91 pasajeros y 9 tripulantes. De los pasajeros, 67 eran estudiantes norteamericanos que regresaban de una visita cultural en Cusco. Estos jóvenes habían llegado al país para conocer las ruinas de Machu Picchu y tenían previsto regresar a Lima ese mismo día. También viajaban profesores y familiares de los estudiantes, así como otros turistas locales, incluyendo dos alumnas del colegio Sophianum en Lima.
En el avión de LANSA Perú iban a bordo 100 personas: 91 pasajeros y 9 miembros de la tripulación.
Entre las víctimas se encontraba Marisol Bedoya, hija del exalcalde de Lima, Luis Bedoya Reyes, de apenas 16 años. La tragedia dejó a decenas de familias devastadas, tanto en Perú como en el extranjero, ya que muchas de las víctimas eran adolescentes y jóvenes en plena etapa de vida.
El copiloto Juan César Loo Lock fue el único sobreviviente de este trágico accidente aéreo. Logró salir por la ventanilla de la cabina de mandos, caminando sobre las llamas para salvar su vida. Loo Lock sufrió quemaduras de primer, segundo y tercer grado, lo que requirió una larga y dolorosa recuperación en la Clínica Internacional de Lima. Su testimonio reveló detalles impactantes del accidente, siendo el principal testigo de una de las tragedias aéreas más significativas de la historia peruana.
LANSA enfrentó una severa crisis tras el accidente del vuelo 502. La aerolínea fue multada y sus operaciones suspendidas temporalmente, lo que afectó su imagen y credibilidad en el sector. La pérdida del último Lockheed Electra en 1971 llevó al cese definitivo de sus operaciones en enero de 1972, al agotarse su capital financiero. La aerolínea, que alguna vez tuvo el lema "Con LANSA el Perú avanza", terminó su historia de manera abrupta tras esta serie de tragedias.
La aerolínea LANSA cerró definitivamente en enero de 1972, luego del accidente del vuelo 508 y de enfrentar una grave crisis financiera.
LANSA Perú registró tres accidentes fatales que marcaron su historia operativa: