El 28 de diciembre de cada año, diferentes países de Latinoamérica y en ciertos lugares de Europa conmemoran el Día de los Inocentes. Aunque esta celebración relata un pasado cruel en la historia del catolicismo, desde hace más de medio siglo millones de personas relacionan esta festividad como una fecha perfecta para realizar bromas.
Esta conmemoración, también conocida como el Día de los Santos Inocentes, tiene su origen en el Nuevo Testamento del canon bíblico de la Iglesia católica, cuando el rey Herodes I el Grande mandó a matar a todos los niños nacidos en Belén. Pero ¿por qué esta fecha tan cruenta está relacionada con las bromas del 28 de diciembre?
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Foto: Difusión
Si se toma en cuenta el origen de esta festividad, resulta curioso pensar por qué personas alrededor del mundo han desplazado dicha celebración hacia lo cómico o humorístico.
Según la historiadora Eloísa Hidalgo Pérez, la relación entre esta fecha cristiana con las bromas se debe a un proceso de conversión de las religiones paganas. Esto llevó a que el Día de los Inocentes se fusionara con una celebración muy popular en la Edad Media conocida como “La fiesta de los locos” y que coincidía con la celebración católica.
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“El resultado de aquella mezcla entre lo trágico y lo divertido se debe a que se fusionó la Fiesta de los locos, una celebración pagana de la Edad Media, con el Día de los Inocentes (...) así esta fecha religiosa se convirtió en un día idóneo para gastar bromas”, explicó la experta en su libro “Algunas tradiciones navideñas españolas”, publicado en la Revista de Artes y Humanidades.
Esta festividad pagana consistía en elegir un integrante del pueblo y convertirlo en un obispo o sacerdote por un día. De esta manera, parodiaban los rituales eclesiásticos convirtiéndose en una burla de la moral y el culto cristiano.