Cuando era niño, Jorge Alva, al igual que muchos de nosotros, aprendió a leer y escribir gracias a “Coquito”, el exitoso libro creado por Everardo Zapata que, desde hace 67 años, viene revolucionando la educación primaria en toda Latinoamérica. En ese entonces, mientras realizaba trazos y aprendía las sílabas, nunca se imaginó que décadas después le daría vida a las ilustraciones que coloreaba con tanto ahínco cuando aún niño.
El artista trujillano creció en una época en la que no existían las impresiones ni las láminas, por lo que si quería impregnar alguna imagen en su cuaderno, lo tenía que hacer con sus propias manos. Curiosamente, esa parte de las tareas era la que más disfrutaba. En seguida, con gran rapidez, su talento innato para el dibujo y la pintura comenzó a resaltar, tanto así que los profesores se quedaban a fin de año con sus cuadernos de Anatomía, Historia y Ciencias naturales solo para conservar sus dibujos.
A los 16 años decidió que su don debía ser formado, por lo que ingresó a la Escuela Superior de Bellas Artes en la Ciudad de la eterna primavera. Ahí logró aprender nuevas técnicas que le permitieron exhibir sus pinturas en las vitrinas de los bancos y las grandes tiendas. Sin embargo, cuando estaba por cursar los últimos años de la carrera, tuvo que mudarse a Lima junto a toda su familia.
Jorge Alva estudió dibujo y pintura en Trujillo. Foto: Gerardo Marín/GLR
Una vez en la capital, Jorge no pudo continuar sus con estudios de arte. En su reemplazo opto por la carrera de Publicidad y diseño gráfico. “Gracias a eso empecé a trabajar en diversas editoriales, en una de ellas fue donde me contactaron con Everardo Zapata”, contó Alva en conversaciones con La República.
Aunque es importante resaltar que Alva nunca se alejó de su pasión por la pintura en óleo, continuó haciendo hermosos retratos y replicas de obras de arte clásico. Hoy sus pinturas se encuentran en diversas partes del mundo como Suiza, Brasil, Estados Unidos, Francia, etc.
Según contó el artista, cuando el maestro arequipeño Everardo Zapata empezó con la producción de su libro trabajaba con dibujantes de la zona que mayormente eran docente. A raíz del éxito de la publicación, el educador opto por contratar a un dibujante de Disney para que realice las ilustraciones.
“Coquito paso por las manos de varios artistas hasta que el Sr. Zapata se comunicó con un dibujante de Disney en España porque su hijo que estaba estudiando en ese país le paso el contacto. Al comienzo, el artista no quiso aceptar porque era un trabajador exclusivo de esta productora, pero al final aceptó con la condición que no saliera su nombre”, afirmó Alva.
Foto: Gerardo Marín/ GLR
Con el pasar del tiempo, el dibujante renunció y Alva fue contratado en 1975. “En la editorial me llamaron y me dijeron si yo podía hacer los dibujos del Sr. Zapata. Entonces, yo encantado, le hice unas pruebas y le gusto bastante. A partir de ahí comenzamos a trabajar juntos”, dijo.
“Yo prácticamente trabajé sobre la base de los dibujos que ya se habían hecho porque tenía que seguir la línea que le había gustado al Sr. Zapata: la línea semejante a la de Disney (...). Pero poco a poco se fue incorporando en ‘Coquito’ un estilo más Latinoamericano, más autóctono, más peruano. A partir de ahí continuamos con esa misma línea hasta la fecha”, agregó.
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Además, Alva cuenta que cuando empezó a dibujar a “Coquito” hace casi 50 años todo el proceso creativo era distinto. “Yo lo dibujaba y lo pintaba a témperas con aerógrafo y todo se hacía a mano. Era una ilustración clásica desde el boceto, el dibujo y la pintura. Actualmente, por la modernidad, solo hago el dibujo y por intermedio de la computadora se pone los colores”, afirma.
Foto: Gerardo Marín/GLR
Hoy en día, el artista trujillano se siente muy orgulloso de haber contribuido, con sus dibujos, a la educación de millones de niños que gracias a “Coquito” y sus magníficas ilustraciones aprendieron a leer y escribir de forma divertida y didáctica. “Mis propios hijos y, ahora, mis nietas han aprendido a leer con este libro. ‘Coquito’ tiene para rato y por eso estoy muy contento”, concluyó.
Everardo Zapata y “Coquito” forman una de las historias más recordadas. A sus 96 años el creador del famoso libro continúa cumpliendo sus sueños. “He cumplido mi misión en la Tierra. Como dijo el poeta cubano José Martí: ‘Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. Ya hice las tres y estoy más que satisfecho’”, relató al diario Trome.
Así como se ganó el cariño y agradecimiento de millones de personas, Everardo Zapata también fue premiado con importantes reconocimientos por su aporte en la educación. Estos son lo galardones más notables:
El autor del libro que cambió la vida de varias generaciones contó cómo surgió el nombre de su creación. “Una noche soñé que yo tenía un hijo y se llamaba Coquito, cuando desperté agarré el libro y lo bauticé en el lavador de mi cuarto”, dijo en una entrevista.
La publicaciones de Everardo Zapata no solo se utilizan en el Perú sino que también en otras partes del mundo como Estados Unidos, México, Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.
El libro "Coquito" se vendió en diferentes países de Sudamérica. Foto: Encuentro