La actividad física tiene beneficios para la salud física y mental de las personas. Diferentes estudios han demostrado que hacer ejercicio contribuye al buen funcionamiento de los órganos más importantes del cuerpo, como el cerebro, que controla la memoria y procesa la información que se obtiene mediante los sentidos. Pero ¿por qué sucede esto? A continuación te lo explicamos.
El catedrático e investigador español Guillermo López Lluch de la universidad Pablo de Olavide explica la razón por la que la actividad física contribuye a mantener un cerebro joven y activo, así lo dio a conocer en un artículo publicado en el portal especializado The Conversation.
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López Lluch detalla que se trata de una pregunta difícil de responder, pero no imposible. Actualmente, los estudios a través de imágenes brindan datos confiables que ayudan e identificar las modificaciones que ocurren en ciertas áreas del cerebro al hacer ejercicio.
Un artículo científico publicado en los Documentos de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos revela que practicar deporte modifica e incrementa el volumen del hipocampo, zona responsable de la memoria, en los adultos mayores. Esta investigación concluye que el ejercicio, principalmente los aeróbicos, evita el encogimiento de dicha zona y mejora el funcionamiento de la memoria.
La actividad física moderada puede ayudar a que los adultos mayores fortalezcan la conexión de las neuronas del cerebro. Foto: Pixabay
Otro estudio del 2021 revela que practicar deporte contribuye a que los adultos mayores conserven el volumen del hipocampo. Así, la actividad física realizada por adultos mayores se asocia de forma positiva con la cantidad de sustancia gris de las áreas del cerebro que suelen ser vulnerables a deteriorarse en la etapa adulta.
El deporte también tiene un impacto en la oxigenación, ya que desencadena una adecuada actividad cerebral. Incluso, otra investigación publicada en Journal of Neuroscience da cuenta que ejercitarse de forma regular puede ralentizar los síntomas del Alzheimer y la demencia senil.
López Lluch explica que los órganos del cuerpo humano están interconectados. Así, una afección en el riñón puede terminar agudizando una cardiopatía.
Por ejemplo, cuando una persona llega a una edad mayor, los equilibrios que conforman el organismo están en una situación delicada. Frente a esto, la actividad física se convierte en un mecanismo para prevenir estos cambios que pueden generar enfermedades.
Al hacer ejercicio, el cuerpo se encuentra ante una situación moderada de estrés y genera que las células produzcan un mayor gasto de energía. Así, se transportan nutrientes hacia los músculos.
Diferentes estudios confirman los beneficios de la actividad física en el cerebro de los adultos mayores. Foto: Pixabay
Estas modificaciones fisiológicas que surgen a partir de una situación de estrés mesurado se denominan hormesis. Cuando esto sucede, se libera sangre y mioquinas, sustancias que tienen la función de reportar a los órganos de que hay mayor demanda de energía.
Ciertas mioquinas pueden llegar hasta el cerebro, las mismas que terminan fortaleciendo la capacidad de las neuronas de este órgano para establecer nuevas conexiones o para aumentar la capacidad de las que se encuentran en esta zona del cuerpo.
Asimismo, una de las mioquinas más importantes y beneficiosas se denomina factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, en inglés), y su función es clave para prevenir el deterioro de las neuronas.
Los órganos y tejidos se deterioran a medida que las personas envejecen. En el cerebro también ocurren estas modificaciones y cambios que generan la pérdida de funciones.
Por ejemplo, se registran daños en el tejido gris y blanco. Ocurre, además, el adelgazamiento de la zona cortical y la reducción de neuronas, sobre todo en el área encargada de la memoria: el hipocampo.
El “Estudio Longitudinal del Envejecimiento de Baltimore” (BLSA) del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento revela que la disminución de la capacidad metabólica está asociada al incremento del volumen del ventrículo cerebral. Lo que a su vez produce daños en el cerebro.
Los tejidos del cerebro se deterioran a medida que las personas envejecen. Foto: EFE
Ante esto, López Lluch recomienda que utilizar la energía a través de la actividad física puede ayudar a que la pérdida de tejido en el órgano pensante sea más lenta, lo cual beneficia a la persona y sobre todo a los adultos mayores.