Si bien en las Fiestas Patrias se honra a los héroes que permitieron el surgimiento del Perú como nación independiente, a lo largo de estos 202 años de historia, hemos tenido personajes importantes cuyas decisiones, acciones y proezas contribuyeron a sucesos de mucha relevancia nacional. En una de las guerras que padeció nuestro país, resaltó la figura del almirante Miguel Grau, de quien conocerás algunos detalles en la siguiente nota.
Para empezar, Chile le declaró la guerra al Perú. Los combates subsiguientes se realizaron entre 1879 y 1883. Miguel Grau fue quien triunfó en una de las primeras contiendas, pues ganó el Combate Naval de Iquique el 21 de mayo del 1879, en el que hundió a la corbeta Esmeralda. Además, fue un buen vencedor, puesto que se ganó el respeto de ambos países por su acción humanitaria de rescatar a los náufragos de Chile.
Grau comandaba el monitor Huáscar. En este combate, destacó porque perdonó la vida de los marinos que se rindieron y los trató dignamente. Además, ordenó que los objetos que poseía el capitán Arturo Prat, quien lideraba la Esmeralda, no fueran violentados, sino que sean devueltos a su viuda, Carmela Carvajal. Gracias a ello, se ganó el apodo de 'Caballero de los Mares'.
Además de sus hazañas, sus hechos estuvieron marcados por su conducta ejemplar, que no solo se vio reflejada en sus buenas acciones, sino que siempre se sobrepuso a las dificultades que tuvo en el camino. En palabras del historiador Jorge Basadre, Miguel Grau Seminario "fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores; honesto y leal con sus principios; defendió el orden constitucional; y fue enemigo de las dictaduras, honrado en el camarote y en la torre de mando lo es también en el salón y en el hogar".
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Su muerte se dio el 8 de octubre de 1879 en el Combate de Angamos, razón por la que esta fecha es feriado nacional y además se le rinde homenaje a su figura. Miguel Grau tomó la iniciativa: efectuó el primer cañonazo a las 9.40 a. m. a 1.000 yardas de distancia del Cochrane. Sin embargo, 10 minutos después, un proyectil impactó en la torre donde él y su ayudante Teniente Diego Ferré se encontraban y perdieron la vida.
El día en que el principal héroe de la Marina de Guerra del Perú dejó de existir, dijo su famosa frase: "En este buque nadie se rinde".