En 1998, más de 200 vendedores ambulantes de libros, apostados por décadas en las avenidas Grau, Colmena y Aviación, llegaron a la cuadra 4 del jirón Amazonas, un terreno baldío cedido por el entonces alcalde de Lima, Alberto Andrade Carmona, para reordenar la ciudad.
Bautizada por nuestro premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, como "el paraíso de los libros", el campo ferial Amazonas busca ahora convertirse en una alameda cultural.
Pedro Villegas Páucar, con más de 50 años dedicados a la venta de libros en la calle, cuenta que se inició en este oficio siendo estudiante universitario de San Marcos, a principios de la década de los 70, en inmediaciones de la avenida Aviación.
Posteriormente, recuerda que entre los años 1982 y 1983, el entonces alcalde de Lima, Eduardo Orrego, agrupó a los cientos de vendedores ambulantes de libros usados, dispersos por el Centro de Lima, y los estableció en las cuadras 5, 6, y 7 de la avenida Grau, donde permanecieron hasta 1998.
Don Pedro revela que, durante la mudanza, casi 200 libreros fueron transportados en camiones desde la avenida Grau y dejados a su suerte en la cuadra 4 del jirón Amazonas, por entonces un basural y considerado zona roja debido a la presencia de personas de mal vivir.
"En camiones cargaron todos los libros y nos dejaron acá. Lleno de basura, en la zona del ferrocarril habían pericotes, dormían drogadictos", cuenta.
Para Villegas, los libreros agrupados en el jirón Amazonas son un fenómeno cultural que surgió como alternativa a estudiantes tras la desaparición de librerías formales en el Centro de Lima y el traslado progresivo de universitarios de San Marcos y la PUCP hacia sus actuales sedes en la Ciudad Universitaria y el fundo Pando, respectivamente.
"Nosotros ocupábamos las calles, el espacio dejado ante la desaparición de las librerías y las universidades como San Marcos y la Católica, que se trasladaron a sus ciudades", explica, mientras sostiene un libro de principios del siglo XX.
Por su parte, José Luis Robles Morales, presidente de la Asociación Cámara Popular de Libreros de Amazonas, contó lo mucho que les costó establecerse tras llegar de Grau, ya que la zona era considerada muy peligrosa. "Cuando llegamos a este lugar, la zona era roja, era una zona donde campeaba la delincuencia. Nos costó mucho porque había escasez de ventas, pero ahora la situación económica ha mejorado y lo que nos hace falta es unirnos para la construcción de una alameda de la cultura", narra.
Entre los escritores ilustres que han visitado el campo, destaca el premio Nobel, Mario Vargas Llosa. El dirigente recuerda que durante su recorrido, este se sorprendió que algunos libreros tengan en su poder sus primeros artículos periodísticos.
En 2003, Mario Vargas Llosa visitó el campo ferial Amazonas y lo llamó "el paraíso de los libros".