En su pódcast ‘La Contra’, este martes 7, el periodista Paolo Benza reveló los intríngulis de una cuestionada medida anunciada el lunes previo: “La reestructuración del otorgamiento de los Estímulos Económicos para el Fomento de la Actividad Cinematográfica y Audiovisual”. En otras palabras, un impreciso ejercicio de ajuste al sistema de asignación de fondos a las nuevas producciones del cine peruano. Benza afirma que, según sus fuentes, habría sido la propia presidenta Dina Boluarte quien le ordenó a la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, que tomara la medida luego de conseguir mediante funcionarios de la DAFO (Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios) una copia de La piel más temida, la película dirigida por Joel Calero, objeto de una campaña de desprestigio de sectores que la acusan —falsamente— de simpatizar con el terrorismo.
Para hablar de esta situación, y ante noticias que dan cuenta del avance de iniciativas restrictivas en el Congreso que apuntan a nuestro cine —algunas propuestas piden incluir a personal militar en los comités evaluadores—, convocamos a los directores de tres películas recientes, Melina León de Canción sin nombre (2019), César Galindo de Willaq Pirqa (2022) y Rossana Díaz Costa de Un mundo para Julius (2021).
-¿Qué sensación les da recibir la noticia de la reestructuración de los estímulos para el cine?
-Melina León: Nos da la sensación de “disolver”, ¿no?, como la famosa frase de Fujimori, porque es un Gobierno autoritario, y ahora que quiere reestructurar, pues obviamente ha generado pavor, porque no es un Gobierno que viene de un récord de transparencia. Acababa de cometer un atropello la ministra de Cultura y tuvo que corregir por la queja generalizada de los gremios. Y encima de eso, bueno, nos duró ahí la —entre comillas— felicidad de haberlos hecho retroceder por dos semanas, pero parece como una burla, porque, retrocedieron ampliando unos cuantos plazos y ahora nos lanzan la palabra “reestructurar”, que viene después de los ataques de dos congresistas y de una campaña de prensa nefasta contra nosotros. En vez de contar con el apoyo de la ministra de Cultura, pues es evidente que se pone de espaldas a nosotros en el marco de la controversia de la película La piel más temida.
-D: Les quiero pedir un comentario como directores sobre la controversia misma.
-Rossana Díaz Costa: Todo ha sido en una semana. La entrevista de (Francisco de) Piérola con Joel Calero, y a partir de ello vino toda esta recatafila de tuits y una locura. Pero esto de la reestructuración ha sido justamente el mismo día que sale en la mañana esta idea que tenía (el congresista Alejandro) Muñante de hacer una comisión de investigación a los estímulos…
La ministra. Luego de una función privada de La piel más temida, la presidenta Dina Boluarte habría presionado a la ministra Leslie Urteaga para reestructurar los estímulos al cine peruano. Foto: difusión
-D: Apoyado también por la congresista (Rosangella) Barbarán.
-RDC: Exactamente, quien ya había sugerido que hubiera un militar de jurado en los concursos, o sea, es una locura todo esto. Entonces, claro, esa reestructuración me suena también a mí como que vamos a “disolver” por decir ”vamos a salvar el pellejo ahorita y hacemos algo para responderle al Congreso”, que dice “vamos a investigarlos”. Porque en la misma DAFO no tenían conocimiento de esta idea de reestructuración; entonces, en una sola mañana estamos en plena redacción de un pronunciamiento del colectivo ‘En Defensa del Cine Peruano’ y de pronto era como “ah, mira, ahora ha salido esto, entonces hay que cambiar esto”; “ah no, mira, ahora ha salido lo otro”. Salía una cosa tras otra. Es una cosa gaseosa. ¿Qué cosa es una reestructuración?
-D: Ustedes como directores, como los responsables, los hacedores de estas historias, ¿qué sienten de que quieran que un comité censor revise sus guiones? ¿Cuál será el siguiente paso, que el Estado ponga a alguien en el set para que vigile que se cumplan estas normas. ¿Cómo se verá eso?
-César Galindo: Bueno, yo considero que lo que dice la ministra en realidad es tan gaseoso que puede ser cualquier cosa, puede ser que traten de controlar el contenido de los guiones, por ejemplo, para que no se den con la sorpresa de La piel más temida.
-D: El proyecto de la ley Tudela incluso hablaba de quitarle incentivos al cine en lenguas originarias. Tu película Willaq Pirqa, una de las más importantes de estos años, no sería posible.
-CG: Bueno, pero yo creo que de todas maneras la lucha de las lenguas originarias es de toda la vida; o sea, la existencia del quechua, la existencia del mundo andino como seres humanos, eso nunca se ha puesto en cuestión. Para mí siempre ha sido muy claro: nosotros somos la sociedad urbana y al resto ni se le cuenta. Piensa, durante la guerra, durante el conflicto armado, ahí los soldados que venían tenían nombre, pero los campesinos no tenían nombre, se les contaba cinco, seis, siete, tenían números; o sea, casi nunca se les ha considerado ni siquiera como seres humanos.
Eso es lo terrible en nuestra sociedad y, claro, el cine ha sido una ventana para poder visibilizar, por lo menos, de darles voz, que tengan su voz a través del cine, que se puedan representar, que puedan contar sus historias. Por eso creo que ha tenido un éxito el cine regional, todas las voces que salen de todas partes del Perú. Yo siempre comentaba con un periodista hace muchos años y le decía “el cine del futuro del Perú es el cine regional”.
-D: Hay una resistencia a lo que ustedes vienen haciendo, de un sector que se está manifestando más abiertamente. ¿Cómo reconciliarnos con ellos?
-RDC: A veces es como hablar con la pared, porque hay una batalla cultural que se está librando en el mundo con gente muy extrema, muy radical. Con una situación así, tienes que decir algo y a veces hasta con sentido del humor porque en realidad no hay forma de conversar muchas veces; yo creo que sí es muy importante que nosotros expresemos lo que opinamos. No te vas a quedar calladito, porque si no arrasan contigo.