Por la temporada en que era reconocida en Hollywood por la película Frida (2002), Salma Hayek ya había fundado su propia productora de cine, Ventanarosa. Hace unos días estuvo en el Festival de Toronto presentando El sabor de la Navidad, que narra tres historias de familias mexicanas.
“Empezamos sin ventana. Empezamos con una pared que no había forma de tirar. Y así, con un cincel, fuimos dándole y se empezó a abrir un hoyo. Y luego, ya está, la ventana”, explicó con humor a EFE sobre el origen de la empresa. “Me da mucho orgullo poder decir que lo que no veían, que nosotros sí veíamos, era el poder del público latino. Me da mucho orgullo decir que jamás nos dimos por vencidos. Fueron muchos años. Y aquí seguimos. La consistencia es bien difícil de mantener”, dijo.
La primera película que estrenó con su productora fue la adaptación de la novela de Gabriel García Márquez El coronel no tiene quien le escriba (1999). Sin embargo, su primera y única nominación al Óscar fue por Frida, uno de sus trabajos más halagados por la crítica, pero también una película que la hizo enfrentarse al productor preso por abuso sexual, Harvey Weinstein.
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Cuando estallaron las denuncias, la mexicana escribió un artículo en New York Times revelando que había sido acosada por años por el exmagnate. “Era impensable que una mexicana aspirara a ser parte de Hollywood. Y aunque había comprobado que esa idea era errónea, todavía era ‘nadie’. Mi mayor ambición era retratar la vida de esta artista extraordinaria y mostrar a mi México. Me pregunto si no fue solo mi amistad con Quentin Tarantino y George Clooney lo que me salvó”.
Ahora, como productora, Hayek estrenará en noviembre su reciente película a través de la plataforma ViX. “El trabajo duro son los cientos de proyectos que nos inventamos, que conseguimos, que presentamos y que nos rechazaron. Y yo pienso que si no hubiéramos hecho lo que hicimos, no estaríamos donde estamos. No la compañía, sino nosotros como comunidad. Porque muchas de las veces que nos dijeron que no, se quedaron pensando”. A sus 57 años, también veremos su trabajo como guionista. “Acabo de terminar uno, pero estamos en huelga, así que no puedo ni moverlo. Y escribí un guion hace muchísimo tiempo, que voy a dirigir cuando mi hija esté en la universidad. Es superambiciosísimo”.