Thiago Vernal (18) es parte de una nueva hornada de talentosos actores peruanos, de los que saltan nombres como Francisca Arosson, Ray del Castillo, Brando Gallesi, entre otros, quienes, sin duda, ya tienen o están en la mira de la ansiada proyección internacional.
Vernal debutó en la actuación a los 10 años y lo hizo en el cine con la película La peor de mis bodas, cuya tercera entrega ya se encuentra en todos los cines. En dicha cinta vuelve a compartir créditos con la diva mexicana Laura Zapata y el actor Gabriel Soto, de quien es hijo en la ficción.
Y desde hace unos meses, prácticamente, vive entre aviones y aeropuertos, debido a que ganó una beca para estudiar en una universidad de Nueva York, lo que lo tiene yendo y viniendo entre Estados Unidos y Perú.
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“En octubre gané una beca para estudiar Formación Intensiva de Teatro Musical por dos años. Ya para el último semestre, la universidad me empieza a mandar a audiciones abiertas para producciones y obras de Broadway, y mucho depende de lo aprendido. La idea es ver y ganar experiencia porque la mayor de mis metas ahora es estar en una de las producciones en Nueva York o de Broadway, que es algo que a mí me encanta”, cuenta el joven influencer, quien en TikTok se acerca al millón de seguidores, lo que le ha valido ser parte de interesantes campañas.
“Hace un tiempo soy embajador de McDonald‘s Perú, que ahora presenta la campaña Automac sustentables, que cuentan con una pintura especial que purifica y descontamina el aire. Son por ahora cinco murales que cuentan con esta pintura, que representan 1.000 árboles adultos. La iniciativa busca promover el uso de formas de movilidad más sostenibles”, narra.
― ¿Qué tan difícil ha sido, a tu edad, vivir solo, fuera de tu país y tu familia?
Fue un cambio fuerte y drástico, yo pensé que me iría con brevete y tal vez con una tarjeta en un banco, pero me dijeron que debía viajar casi de inmediato y tomar la beca. Me fui con 17 años recién cumplidos. Fue duro estar allí de un momento a otro, solo, sobrevivir, adaptarme a la ciudad. Respecto a los estudios, al principio me sentía bastante intimidado, pensé que sería difícil mantener el ritmo. Era el único latino. De hecho, me sentía bastante bien en el sentido de que tenía una buena formación de canto, baile y actuación ganada en Perú. Me sorprendió muchísimo ver el nivel de la gente que son como máquinas, desde pequeños ya se forman y programan toda su vida. Pero los latinos tenemos algo único, algo adicional que se ve en el escenario. Creo que ellos son más técnicos y yo más apasionado, creo que eso me destaca.
― ¿Qué cursos son los que llevas?
De actuación intensiva, técnica de teatro musical, historia del teatro musical. También un curso para dominar el acento neoyorkino.