El País
El documental Hillary, que se estrenó ayer en la plataforma de streaming Hulu en Estados Unidos, repasa la figura de Hillary Clinton con escenas inéditas de su campaña presidencial en 2016 y entrevistas íntimas con ella misma y todo su entorno. La figura de Hillary Clinton –como primera dama al principio y como primera mujer candidata a la presidencia estadounidense después– es apasionante, pero hay un tema que se trata en el documental que es el que ha levantado más expectación y no tiene tanto que ver con sus logros profesionales: el escándalo Lewinsky.
La relación extramarital de Bill Clinton con una de sus becarias de la Casa Blanca, la joven Monica Lewinsky, llevó primero a un escándalo mediático en 1998 y después a un impeachment (proceso de destitución) al presidente por perjurio, del que salió indemne en 1999. En una cobertura mediática de lo más cuestionable que en la actualidad muchos ven como infame, el foco mediático y la presión se puso sobre ella, sobre la joven Mónica.
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“No divorciarme fue la decisión más valiente que he tomado nunca”, dijo en el programa de Ellen DeGeneres. “Fue difícil revivirlo, hablar de aquello y además con mi marido participando también. [...] Muchas mujeres se molestaron porque elegí permanecer con mi marido. Muchas dijeron: ‘No puedo apoyarla, no me gusta que siga con él’. Pero muchas de ellas, justo después de decir eso, añadían literalmente: ‘Pero me encanta su marido, amo a Clinton’. ¡Pues yo también!”.
Los medios estadounidenses están ensalzando ahora las palabras de la parte más importante de este triángulo: el propio Bill Clinton, hasta ahora el hombre que más cómodamente sobrevoló el escándalo. “Me senté en la cama y hablé con Hillary. Le dije exactamente lo que había pasado y cuándo había pasado. Le dije: ‘Me siento fatal’. Le dije: ‘Hemos pasado por muchas cosas en estos últimos años. No tengo justificación. Lo que he hecho es inexcusable”.
Aun así, intenta explicar lo inexcusable. Según el expresidente, no es como si “te sentases y pensases: ‘Voy a tomar un riesgo irresponsable. Algo malo para mi familia, malo para mi país, malo para la gente que trabaja para mí. No, no es así como ocurre. Es más bien que vas cayendo. Has estado en una lucha de quince rondas que se va a extender a treinta y de repente hay algo que te puede aliviar y distraer durante un rato. Todos tenemos presiones y decepciones en la vida, temores, terrores, lo que sea. Son cosas que hice para intentar calmar mi ansiedad durante años. Ahora soy una persona totalmente diferente”.
En el documental, la propia Hillary relata: “Estaba destrozada. Simplemente, no me lo podía creer. Le dije: ‘Si esto se va a hacer público, tienes que decírselo a Chelsea (su hija)”. El matrimonio prefiere no contar cómo fue ese episodio con su hija, que entonces tenía dieciocho años, pero sí que recuerda que fue su hija la que los mantuvo unidos.