La resistencia de las bacterias a los antibióticos representa una creciente amenaza mundial, con proyecciones alarmantes para el futuro si no se implementan soluciones efectivas. En tal contexto, un equipo de investigadores, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC y el Karlsruhe Institute of Technology (KIT), propone la implementación de humedales artificiales como una prometedora alternativa para el tratamiento de aguas residuales. Las aguas residuales contienen una variedad de contaminantes, incluidos productos farmacéuticos como los antibióticos, que pueden contribuir al desarrollo de superbacterias.
En España, la mortalidad asociada a infecciones por bacterias multirresistentes supera las 23.000 muertes anuales, una cifra alarmante comparada con las fallecidas en accidentes de tráfico, según reveló la agencia EFE. A nivel global, se prevé que para 2050 las bacterias resistentes a antibióticos podrían causar 10 millones de muertes anuales. La problemática resalta la urgencia de adoptar métodos innovadores en el tratamiento de aguas residuales.
Los sistemas de humedales, tanto los de flujo superficial como subsuperficial, han demostrado una notable eficacia en la eliminación de antibióticos de las aguas residuales. Según el mencionado estudio, los humedales construidos de flujo superficial eliminan un 88% de los antibióticos presentes, mientras que los de flujo subsuperficial horizontal alcanzan un 69%. Estas tasas de eliminación superan significativamente a las de las tecnologías convencionales como la filtración con arenas, desinfección UV y cloración, que eliminan entre el 36% y el 39%.
Además, los humedales no solo reducen la cantidad de antibióticos, sino que también disminuyen la presencia de genes de resistencia a los antibióticos en las aguas tratadas. Los sistemas de humedales han demostrado una capacidad de eliminar hasta el 99,9% de estos genes, lo que implica una mejora significativa en comparación con el 99% que alcanzan los métodos convencionales.
Estos sistemas naturales también tienen un impacto positivo en la calidad del agua, mejorando su perfil microbiológico y reduciendo el riesgo de impactos toxicológicos en los ecosistemas acuáticos. La reducción promedio del impacto toxicológico con humedales es del 70%, frente al escaso 6% de las tecnologías tradicionales.
A pesar de los numerosos beneficios, la implementación de humedales en el tratamiento de aguas residuales presenta desafíos significativos. La adecuación del espacio y la inversión inicial pueden ser barreras para su adopción generalizada. Sin embargo, la inversión a largo plazo en estas soluciones sostenibles puede resultar más económica que continuar con métodos convencionales menos efectivos y más costosos en términos de impacto ambiental y salud pública.
El estudio Life Renaturwat, cofinanciado por fondos europeos, está evaluando la viabilidad del uso de lodos de potabilizadoras en humedales artificiales para mejorar aún más la calidad del agua tratada y eliminar contaminantes emergentes como medicamentos y pesticidas. Los resultados preliminares indican una retención eficiente de fósforo y una significativa reducción de bacterias fecales, mostrando el potencial de estos sistemas para abordar diversos contaminantes.
La implementación exitosa de humedales requiere una planificación cuidadosa y un enfoque adaptado a las condiciones locales. La colaboración entre científicos, administraciones y comunidades es esencial para maximizar los beneficios y asegurar la sostenibilidad de estas soluciones naturales en el tratamiento de aguas residuales. Con el enfoque adecuado, los humedales pueden convertirse en una herramienta fundamental en la lucha contra las bacterias resistentes a antibióticos y la protección de los ríos y ecosistemas acuáticos.