SpaceX está afinando los últimos detalles para el quinto lanzamiento de Starship, programado para hoy, domingo 13 de octubre, desde Boca Chica, Texas. Este vuelo es crucial, ya que será la primera vez que se intentará atrapar al Super Heavy con los brazos de la torre Mechazilla, un sistema innovador diseñado para mejorar la reutilización de los cohetes y reducir significativamente los costos operativos.
El lanzamiento anterior, realizado el 6 de junio de 2024, demostró la capacidad de SpaceX para lograr aterrizajes precisos, con el Super Heavy aterrizando en el golfo de México con una desviación mínima de solo medio centímetro. Esto refuerza el optimismo de la compañía, como señaló Bill Gerstenmaier, vicepresidente de construcción y fiabilidad de vuelos en SpaceX.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, ofreció su aplauso virtual en las redes sociales por el vuelo de prueba de hoy. La nave Starship de SpaceX jugará un papel clave en el programa Artemis de la NASA. Es el vehículo que la agencia espacial seleccionó para llevar a los astronautas en la etapa final de su viaje a la superficie lunar durante una misión llamada Artemis III, programada para despegar tan pronto como en 2026.
La nave espacial Starship acaba de alcanzar su punto de aterrizaje. Hizo un amerizaje controlado en el océano. "Creo que es seguro decir que tenemos un barco en el agua", dijo Kate Tice, ingeniera de SpaceX. SpaceX no tiene la intención de recuperar la nave. En su lugar, está practicando una maniobra de aterrizaje que podría usarse para que Starship aterrice en tierra firme en el futuro.
El vehículo ha reducido drásticamente su velocidad. Ahora está de vuelta en la densa atmósfera terrestre y se prepara para realizar su maniobra de "bellyflop". El CEO de SpaceX, Elon Musk, ha comparado este movimiento con el de un paracaidista. La nave espacial se orientará horizontalmente en relación al suelo, permitiendo que caiga libremente. Justo antes del aterrizaje, la nave encenderá sus motores y se colocará nuevamente en una posición vertical.
La nave espacial Starship está comenzando la hazaña emocionante de reentrar en la atmósfera terrestre mientras aún viaja a más de 21 veces la velocidad del sonido. La presión extrema y la fricción de esta fase del vuelo causan temperaturas enormes — hasta 2,600 grados Fahrenheit, según los ingenieros de SpaceX. Ese calor puede literalmente cambiar el estado de la materia de la atmósfera circundante, transformándola en una fina capa de plasma alrededor del vehículo. En la transmisión en vivo, se muestra como una banda vibrante y resplandeciente de color rosa intenso.
La mitad del sistema de cohetes Starship ya está de regreso en la Tierra, con el propulsor Super Heavy triunfantemente en su lugar de aterrizaje designado. Mientras tanto, la nave espacial Starship está surcando el espacio.
Actualmente, el vehículo viaja a unos 26,200 kilómetros por hora (16,300 millas por hora). La nave no está técnicamente en "órbita". Podemos definir de manera general la órbita como una trayectoria en el espacio lo suficientemente rápida y en el camino correcto para permitir que un vehículo comience a viajar alrededor de la Tierra, evitando ser arrastrado de inmediato por la gravedad.
El propulsor Super Heavy está ahora de regreso en su plataforma de lanzamiento, suspendido en el aire entre dos enormes brazos metálicos. Oleadas de vítores ensordecedores resonaron en la transmisión en vivo mientras los ingenieros y empleados de SpaceX celebraban el logro. Aunque la tarea del propulsor Super Heavy ha concluido, la nave espacial Starship sigue surcando el espacio. El vehículo encendió sus propios motores después de desprenderse del propulsor y ahora navega por el espacio. En aproximadamente una hora, Starship volverá a entrar en la atmósfera terrestre, otro hito de alto riesgo y de obligada observación en el vuelo de hoy. La nave intentará una maniobra de aterrizaje sobre el Océano Índico.
SpaceX ha convertido la ciencia ficción en realidad. El primer intento de capturar en vuelo el propulsor Super Heavy de Starship, el cohete más alto y potente jamás construido, ha sido un éxito tan rotundo que ha parecido sencillo. Sin embargo, es solo el segundo cohete orbital en aterrizar en la historia; el primero, el Falcon 9, también pertenece a SpaceX.
La próxima misión de demostración de SpaceX busca realizar una maniobra ambiciosa: recuperar el cohete impulsor Super Heavy de 71 metros de altura tras su separación de la nave Starship.
Si la operación tiene éxito, el Super Heavy será atrapado en el aire por un par de gigantescas pinzas metálicas llamadas "palillos", que forman parte de la torre de recuperación de SpaceX.
Este lanzamiento, programado desde la base de Starbase en Boca Chica, Texas, tiene una ventana de 30 minutos, comenzando a las 8 a.m. ET del domingo.
La meta de este nuevo lanzamiento es que el cohete no solo regrese de su vuelo de prueba, sino que sea atrapado exitosamente por Mechazilla, lo que marcaría un avance significativo en la reutilización de vehículos espaciales.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) anunció que SpaceX ha cumplido con todos los requisitos necesarios para el próximo vuelo de prueba suborbital del cohete Super Heavy, que estará coronado por la nave espacial Starship. Este lanzamiento, programado desde la base de Starbase en Boca Chica, Texas, tiene una ventana de 30 minutos, comenzando a las 8 a.m. ET del domingo.
SpaceX ha asegurado que tanto los aspectos de seguridad como los ambientales han sido aprobados para llevar a cabo esta importante prueba, que será crucial en el desarrollo de su programa de vuelos espaciales comerciales.
La próxima misión de demostración de SpaceX busca realizar una maniobra ambiciosa: recuperar el cohete impulsor Super Heavy de 71 metros de altura tras su separación de la nave Starship. Si la operación tiene éxito, el Super Heavy será atrapado en el aire por un par de gigantescas pinzas metálicas llamadas "palillos", que forman parte de la torre de recuperación de SpaceX. Mientras tanto, la nave Starship continuará su trayecto utilizando sus seis motores y, aproximadamente una hora después del despegue, intentará un aterrizaje controlado en el océano Índico.
El objetivo final de SpaceX es perfeccionar la reutilización rápida de cohetes para reducir drásticamente los costos y tiempos de lanzamiento, lo que resultará clave en las futuras misiones de transporte de carga y tripulación a la órbita terrestre y más allá.