El 7 de octubre de 2024 marca un momento importante para la ciencia espacial. Desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, despegó la sonda Hera de la Agencia Espacial Europea (ESA), a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Este lanzamiento inicia una travesía de millones de kilómetros a través del sistema solar con destino al sistema de asteroides Didymos, donde la nave estudiará los resultados del impacto de la misión DART, llevada a cabo por la NASA en 2022.
Este esfuerzo internacional tiene un propósito claro: comprender cómo desviar asteroides que podrían representar una amenaza para la Tierra. La misión de defensa planetaria no solo busca proteger nuestro planeta, sino también mejorar las técnicas y modelos que permitirán anticiparse a futuros riesgos. Hera es una pieza clave en este experimento, proporcionando datos vitales que ayudarán a convertir esta maniobra en una estrategia bien fundamentada y replicable en el futuro.
La misión Hera tiene como principal objetivo investigar a fondo el impacto causado por la sonda DART de la NASA en el asteroide Dimorphos (de 160 metros de diámetro), el satélite del asteroide mayor Didymos. En 2022, DART colisionó deliberadamente con Dimorphos para probar si es posible modificar la órbita de un asteroide, un concepto fundamental en los esfuerzos de defensa planetaria. El impacto logró reducir su órbita en 33 minutos, un resultado prometedor.
Hera buscará confirmar estos resultados y analizará en detalle la profundidad y el tamaño del cráter producido por DART. Además, la sonda de la ESA llevará consigo dos satélites cúbicos, llamados Milani y Juventas, que investigarán la estructura interna y la composición mineral de Dimorphos. Todo esto contribuirá a mejorar el conocimiento sobre los sistemas binarios de asteroides, como Didymos y Dimorphos, y a refinar los modelos de simulación de estos cuerpos celestes. La misión representa un avance tecnológico significativo en la exploración y estudio de asteroides, una prioridad para la defensa planetaria.
El origen de la misión Hera se encuentra en el éxito de la NASA con su proyecto DART (Prueba de Redireccionamiento de Asteroides Dobles). Este experimento fue la primera demostración real de que es posible desviar un asteroide si se encuentra en curso de colisión con la Tierra. El objetivo de DART era comprobar si, mediante una colisión controlada, se podía cambiar la trayectoria de un asteroide suficientemente como para evitar una catástrofe planetaria.
La elección de Dimorphos no fue casual. Su pequeño tamaño, comparado con el de Didymos, lo convertía en un candidato ideal para probar este tipo de tecnología sin riesgos para nuestro planeta. El éxito del impacto de DART fue evidente no solo por la modificación de la órbita de Dimorphos, sino también por el gran interés que despertó en la comunidad científica internacional. Ahora, la misión de Hera es verificar los resultados a largo plazo y mejorar nuestra capacidad para responder ante amenazas futuras.
La defensa planetaria es un campo emergente que busca desarrollar estrategias y tecnologías para proteger la Tierra de impactos de asteroides u otros cuerpos celestes. Si bien los asteroides que representan un riesgo directo para nuestro planeta son relativamente pocos, el creciente conocimiento sobre la existencia de miles de asteroides cercanos a la Tierra hace que la defensa planetaria sea una prioridad global.
Hera y DART son ejemplos claros de la cooperación internacional en ciencia espacial, cuyo objetivo final es salvaguardar la Tierra. La combinación de datos de ambas misiones proporcionará a la comunidad científica la información necesaria para seguir mejorando las estrategias de defensa planetaria. Este viaje, que llevará a Hera a su destino en Dimorphos en 2026, representa un paso más en la búsqueda de soluciones para proteger a nuestro planeta de posibles peligros cósmicos.