Los teclados son superficies en constante contacto con manos, restos de comida y polvo. ¿Alguna vez pensaste en la cantidad de bacterias que puede haber bajo tus dedos mientras escribes en tu computadora o la del trabajo? El espacio donde te apoyas en el escritorio de la oficina podría contener cientos de microbios por centímetro cuadrado. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Arizona buscó conocer más al respecto.
La investigación, dirigida por el doctor Charles Gerba, experto en gérmenes, recogió 7.000 muestras de oficinas privadas, cubículos y áreas de trabajo comunes en San Francisco, Tampa, Tucson y Nueva York. A un grupo de personas les pidió que limpien las superficies de su área con toallitas desinfectantes, mientras que a otro se le indicó que no lo hiciera.
Los resultados revelaron que hay más de 10.000.000 bacterias en un escritorio, lo equivalente a 400 veces más las que están presentes en la taza de un inodoro promedio, indica el estudio.
Las bacterias presentes en el teclado suelen ser las más comunes entre las personas. Proceden de la piel, la boca y las fosas nasales, por lo que se estima que llegan a las teclas por medio de nuestras manos, explica un artículo del Centro Nacional de Investigación de Salud.
Asimismo, un estudio de la Universidad Tecnológica de Swinburne presenta evidencia de que —como podría imaginarse— la cantidad de microorganismos presentes en los teclados de computadoras compartidas por varios usuarios es significativamente mayor que en los que son usados por una sola persona.
A la vez, “la cantidad de teclados que albergaban patógenos potenciales también fue mayor en las computadoras de varios usuarios”, se lee en el documento científico. Los investigadores recomiendan desinfectar regularmente las computadoras para reducir la carga microbiana.
El uso del teclado es fundamental en la mayoría de las actividades relacionadas con la computación. Foto: Karl Hols / Flickr
“No nos lo pensamos dos veces antes de comer en nuestros escritorios, a pesar de que un escritorio promedio tiene 100 veces más bacterias que una mesa de cocina y 400 veces más bacterias que un inodoro promedio”, comenta Gerba para un artículo de CCS, una empresa especializada en limpieza.
En un informe de 2018, los investigadores encontraron que las superficies de teclados de oficina eran portadoras de bacterias como Staphylococcus aureus y Escherichia coli, ambas asociadas con Infecciones cutáneas y gastrointestinales.
Por otro lado, la microbióloga británica Sally Bloomfield comentó en un artículo para la BBC que, a través de las manos, se transmiten virus, principalmente los virus del resfriado. “Las superautopistas para las bacterias son las manos y las superficies que tocamos”, comenta.
Algunas cepas de Escherichia coli pueden causar graves enfermedades gastrointestinales. Foto: Biomes
Investigadores recomiendan limpiar los teclados semanalmente o con mayor frecuencia si son compartidos por varias personas. Se sugiere el uso de toallitas con alcohol isopropílico al 70%, un desinfectante efectivo contra una amplia variedad de bacterias y virus.
Otro método popular es utilizar agua con vinagre blanco como agente antimicrobiano. Si bien esta sustancia no es tan potente como los desinfectantes comerciales, se ha comprobado que tiene propiedades bactericidas y fungicidas. Un estudio del Journal of Environmental Health asegura que el vinagre fue efectivo contra bacterias como Escherichia coli y Salmonella en superficies duras.
Limpiar el polvo del teclado también ayuda a cuidar su buen funcionamiento. Foto: auslogics
La exposición constante a bacterias en teclados puede tener efectos negativos a largo plazo, especialmente en entornos donde se comparten equipos y no se realiza una limpieza adecuada.
El contacto frecuente con superficies contaminadas puede aumentar el riesgo de infecciones cutáneas, como dermatitis, debido a bacterias como Staphylococcus aureus, que es común en teclados no desinfectados.
Las bacterias en los teclados pueden transferirse a las manos y luego al sistema respiratorio o digestivo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como bronquitis o infecciones intestinales, especialmente si no se practica una adecuada higiene de manos.