El telescopio James Webb de la NASA había descubierto a HD 189733 b, un gigante gaseoso parecido a Júpiter cuya atmósfera huele a huevo podrido. Otro titán cósmico es la actual materia de discusión en los aficionados a la astronomía: un exoplaneta con órbita de pepino que se está transformando en algo distinto.
El planeta se encuentra a solo cinco millones de kilómetros de su estrella, mucho más cerca que la distancia de Mercurio al Sol (58 millones de kilómetros). Debido a esta órbita, el cuerpo celeste sufre altas temperaturas, lo que podría derretir titanio en su punto más próximo a su estrella madre. Los científicos llevan estudiando más de 25 años este fenómeno.
Los astrónomos se han sorprendido al descubrir un planeta fuera del sistema solar con una órbita alargada y cambios drásticos en su temperatura. A raíz de este detalle, sospechan que se estaría convirtiendo en otra clase de mundo pocas veces observado. Nombrado como TIC 241249530 b, este exoplaneta orbita una estrella ubicada a unos 1.100 años luz de la Tierra, la cual pertenece a un sistema binario.
Debido a los movimientos caóticos de ambas estrellas del sistema binario, el planeta podría transformarse en un 'Júpiter caliente', es decir, en un cuerpo celeste similar a Júpiter, pero que orbita muy cerca a su fuente de luz. Los astrónomos ya han registrado más de 5.600 exoplanetas y entre 300 y 500 de estos gigantes gaseosos.
Mientras que Júpiter tarda aproximadamente 4.000 días terrestres en completar una órbita alrededor del Sol, los 'Júpiter calientes' lo hacen en solo unos pocos días. "Es poco probable que los exoplanetas gigantes que orbitan cerca de sus estrellas anfitrionas se hayan formado en sus configuraciones actuales. En cambio, se cree que estos planetas 'Júpiter calientes' han migrado hacia el interior desde más allá de la línea de hielo", se teoriza en el artículo científico.
Los 'Júpiter calientes' son planetas con masa similar a la de Júpiter. Los científicos quieren descifrar sus enigmas desde hace más de 25 años. Foto: NASA
El satélite TESS de la NASA, en enero del 2020, proporcionó una visión reveladora de un planeta posiblemente en camino de convertirse en un 'Júpiter caliente'. Arvind Gupta, autor principal del estudio e investigador postdoctoral del NOIRLab, destacó la importancia de este hallazgo. Los resultados se pueden leer en un estudio publicado en la revista Nature.
Mediante observaciones adicionales con el telescopio WIYN de 3,5 metros en el Observatorio Nacional de Kitt Peak, determinaron que el planeta tiene una masa cinco veces mayor que Júpiter y una órbita altamente excéntrica. TIC 241249530 b completa su órbita en seis meses, acercándose y apartándose de su estrella de un modo bastante llamativo. Suvrath Mahadevan, coautor del estudio, destacó lo raro e inquietante de este cuerpo del cosmos.
"El satélite TESS monitoreó el brillo aparente de la estrella TIC 241249530 durante 28 días en el segundo año de su misión principal. Estos datos revelan una caída de brillo de aproximadamente el 0,8 % similar a un tránsito el 12 de enero de 2020, cuya forma y profundidad eran consistentes con un planeta del tamaño de Júpiter que pasaba frente a la estrella", apuntaron los autores del estudio astronómico.
TESS, el satélite de la NASA que busca planetas afuera del sistema solar. Foto: NASA
La web de la NASA había informado lo siguiente sobre el TESS: "En julio de 2020, TESS comenzó su primera misión extendida, durante la cual continúa monitoreando nuestro vecindario estelar e identificando los planetas que residen en él. La próxima vez que mires las estrellas, podrías pensar en TESS, trabajando duro para descubrir mundos previamente desconocidos alrededor de esos puntos de luz dispersos".
El planeta se encuentra a solo cinco millones de kilómetros de su estrella, mucho más cerca que la distancia de Mercurio al Sol. Debido a esta órbita, el cuerpo celeste sufre altas temperaturas, lo que podría derretir titanio en su punto más próximo a su estrella madre. Los científicos llevan estudiando más de 25 años este fenómeno.
Además, el planeta tiene una órbita retrógrada: se mueve en dirección opuesta a la rotación de su estrella, una característica poco común entre los exoplanetas. Gupta explicó que, aunque no se puede observar el proceso de migración planetaria en tiempo real, TIC 241249530 b ofrece una pista. Simulaciones realizadas por el equipo sugieren que el planeta se formó lejos de su estrella anfitriona y, como consecuencia de las interacciones gravitacionales con la estrella secundaria, su órbita se alargó.
A medida que el planeta pasa cerca de su estrella, su órbita pierde energía y los astrónomos estiman que, en cientos de millones de años, se estabilizará en una órbita más cercana y rápida. Según Sarah Millholland, coautora del estudio y profesora adjunta en el MIT, este proceso es un "gran baile de órbitas" que ocurre a lo largo de miles de millones de años.
El tránsito planetario es un fenómeno astronómico que ocurre cuando un planeta pasa directamente entre un observador y la estrella que orbita. Desde la perspectiva del observador, el planeta cruza la cara de la estrella, lo que provoca una disminución temporal en el brillo de esta. Este evento puede ser observado como un pequeño oscurecimiento o atenuación de la luz estelar, lo cual se mide con gran precisión por instrumentos astronómicos.
Los tránsitos planetarios son especialmente importantes en la astronomía moderna porque permiten la detección de exoplanetas, es decir, planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar. La misión Kepler de la NASA, por ejemplo, ha utilizado esta técnica para descubrir miles de exoplanetas.
Nótese cómo el tránsito planetario atenúa el brillo estelar. Foto: NASA