“A veces no hay problema en dejar el trabajo para después. Pero en caso de tratarse de baobabs, es siempre catastrófico”, aconsejó el Principito en el famoso cuento. Estos árboles gigantes tenían que ser exterminados de su planeta, apenas eran identificados, porque podían crecer tanto que destruirían su pequeño mundo. Los baobabs existen y su realidad es distinta en nuestro mundo. Un equipo de científicos acaba de descubrir la historia de su origen.
Los baobabs son conocidos como ‘el árbol de la vida’ debido a su importancia en culturas milenarias de África. También se les llama ‘árbol al revés’ por sus ramas retorcidas que son comparadas con raíces cuando están sin hojas. Sin embargo, su origen era desconocido hasta ahora. El estudio fue publicado recientemente en la revista Nature.
Los baobabs son famosos por sus troncos anchos. Foto: Pixabay
El origen de los baobabs se remonta hace 21 millones de años. Los enormes árboles aparecieron por primera vez en Madagascar, una isla ubicada en el Océano índico, famosa por su biodiversidad.
Luego, en los últimos 12 millones de años, sus semillas fueron trasladadas a África y Australia, de acuerdo a la investigación. ¿Cómo llegaron hasta allí?
"Es casi seguro que las plantas llegaron a África y Australia flotando sobre o con balsas de vegetación", explicó Tao Wan, especialista del Jardín Botánico de Wuhan en China y coautora de la publicación, en declaraciones a Reuters.
Para lograr el hallazgo, los investigadores analizaron conjuntos de genomas a nivel cromosómico de alta calidad de las ocho especies de baobab que existen en la actualidad, además de datos ecológicos y geológicos.
Se estima que los baobabs pueden vivir hasta 3.000 años. Foto: Ralph Kränzlein
"La dispersión a larga distancia hacia Australia probablemente fue facilitada por el giro del Océano Índico, que es una corriente oceánica que circula hacia el sur pasando por Madagascar, donde probablemente recogió las vainas de semillas de baobab, antes de que la corriente gire hacia el este, hacia Australia, donde entregó las vainas", detalló Wan.
Los baobabs son árboles enormes que pueden alcanzar hasta 30 metros de altura, según la enciclopedia Britannica. Sus troncos son tan anchos que sus diámetros pueden llegar a los 10 metros.
Las características de su tronco hacen posible que almacenen grandes cantidades de agua, hasta 100.000 litros. Ello les permite sobrevivir en climas secos durante largo tiempo. Además, su madera es utilizada para fabricar fibras con las que se elaboran cuerdas o ropa.
En cuanto a sus flores, tienen numerosos pétalos blancos y emiten un aroma fuerte que atrae a polinizadores. Según World Agroforestry Centre, los animales que las polinizan son murciélagos y abejas.
Las flores de los baobabs suelen abrirse al atardecer y tienen una vida útil de un día. Foto: Bernard Dupont
Así también, los frutos del baobab son ricos en nutrientes y los comen diversas especies de animales. Entre ellos están primates, murciélagos frugívoros, elefantes y diversas aves e insectos.
En comunidades de África también se consume el fruto del baobab, que es rico en vitamina C. Los usan en preparación de alimentos y bebidas.
De las ocho especies de baobabs que existen, tres están en peligro de extinción. Adansonia suarezensis y Adansonia grandidieri están consideradas en peligro, mientras que A. perrieri está en peligro crítico de extinción.
El equipo de especialistas hace un llamado de atención para preservar los baobabs. La investigación reveló que antes de su expansión en otros lugares, dos linajes extinguieron en Madagascar.
"Y los datos nos han permitido proporcionar nuevos conocimientos importantes que servirán de base para ayudar a su conservación y salvaguardar su futuro", indica Ilia Leitch, coautora del estudio, a la BBC. Los hallazgos plantean que el cambio climático podría ocasionar la desaparición de subespecies de baobabs entre 2050 y 2080.
A diferencia de lo que ocurre en el cuento de El Principito, los baobabs para la Tierra cumplen un valioso rol ecológico y poseen un alto valor cultural que no se quiere perder. Pero, al igual que en el planeta de la ficción, se tiene que actuar rápido antes de un catastrófico futuro para el árbol.
"La prioridad clave para salvaguardar Adansonia, (...), debe centrarse en proporcionar datos para guiar los programas de conservación tanto in situ como ex situ, para permitir que estas especies icónicas se recuperen y prosperen", se sugiere en la publicación científica.