El agua que se consume en innumerables hogares de Estados Unidos está contaminada con “sustancias químicas duraderas” que se vinculan con graves riesgos para la salud, como el cáncer de testículos y riñones.
Un estudio detallado del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha descubierto la existencia de compuestos perfluorados y polifluorados, también conocidos como PFAS, en niveles alarmantes, en los sistemas de agua públicos y pozos privados en todo el país.
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El estudio del USGS, que no se diseñó para impulsar políticas, sino para ilustrar la realidad de la contaminación por PFAS, tomó muestras de agua de 716 grifos entre 2016 y 2021, en una amplia gama de ubicaciones. Los investigadores concuerdan que al menos existe un 45% de las muestras de agua de grifo en todo Estados Unidos.
Según Kelly Smalling, hidróloga de investigación y autora principal del informe, quien habló con Univisión, se incluyeron tanto zonas rurales como urbanas y se prestó especial atención a áreas sin fuentes conocidas de PFAS, así como zonas con potencial contaminación industrial.
El 22 de marzo de todos los años se celebra el Día Mundial del Agua. Foto: Fibras y Normas
Los PFAS son compuestos químicos que pueden demorar años en ser expulsados del organismo humano y no se descomponen en el entorno natural, lo que representa retos considerables para su tratamiento y eliminación. “La presencia de estos productos químicos es omnipresente”, advierte Smalling.
Estos compuestos se han producido y usado desde la década de 1940, pero la inquietud por sus posibles efectos negativos en la salud humana se agudizó a principios de la década del 2000, con el hallazgo de ácido perfluorooctanoico (PFOA) y sulfonato de perfluorooctano (PFOS) en muestras de sangre humana. Desde ese momento, se han descubierto cientos de variantes de PFAS en distintas fuentes, como en agua, tierra y aire.
Investigadores de Australia buscan la solución para desaparecer los PFAS del agua. Foto: The Food Tech
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Para evaluar la calidad del agua potable que sale de los grifos, los investigadores analizaron 32 variantes de PFAS, que cubren la mayoría de las que pueden ser detectadas, con las técnicas disponibles en la actualidad.
Aunque se cree que existen miles de compuestos adicionales, estos no pueden ser identificados con la tecnología actual, de acuerdo con lo que señaló Smalling. Las muestras que dieron positivo mostraron la presencia de hasta nueve tipos diferentes de PFAS, aunque la mayoría se acercaba a dos variedades.
Las concentraciones más altas se encontraron en áreas urbanas y próximas a posibles fuentes de contaminación —especialmente en la costa este—, zonas urbanas de los Grandes Lagos y las Grandes Llanuras, así como en el centro y sur de California. No obstante, muchas pruebas, sobre todo en zonas rurales, no registraron la presencia de PFAS.
Existe una gran cantidad de grifos que están contaminados. Foto: ¡Agua