La nave Solar Orbiter, el vehículo espacial que se encuentra más cerca del Sol en la actualidad, ha captado un extraño fenómeno que ocurre en la atmósfera de la estrella. Se trata de una ‘lluvia de plasma’, un evento muy similar a las precipitaciones en la Tierra, pero con gigantescas gotas de material extremadamente caliente cayendo a la superficie del astro rey.
Este fenómeno ocurre en la corona solar, la capa más externa de la atmósfera del Sol. Esta se extiende por unos 8 millones de kilómetros y está compuesta por plasma, es decir, gases ionizados a altas temperaturas, principalmente, helio e hidrógeno.
Por años, el estudio de la corona solar había sido limitado, ya que, al tener un brillo muchísimo más tenue que la superficie del astro, esta casi nunca se puede distinguir desde nuestro planeta, con la excepción de los días en los que ocurre un eclipse solar total.
Sin embargo, la historia está cambiando con Solar Orbiter, una sonda de la Agencia Espacial Europea (ESA) que orbita la estrella a unas decenas de millones de kilómetros de distancia y que por fin está consiguiendo las imágenes de mayor resolución de la estrella.
Solar Orbiter es la nave más cercana al Sol en la actualidad. Foto: ESA
La lluvia de plasma ocurre cuando ciertos cúmulos de este cuarto estado de la materia presentes en la corona solar se enfrían, se condensan y caen como una cascada hacia la superficie de la estrella. El proceso es similar a lo que ocurre con las lluvias terrestres, pero en condiciones más extremas.
Según los científicos, las gotas de plasma se precipitan a una velocidad de 200.000 km/h y pueden alcanzar tamaños de países enteros.
“Esta lluvia es tan densa como la cromósfera (la capa más interna de la atmósfera del Sol, ubicada entre la fotósfera y la corona)", señala Patrick Antolin, físico solar de la Universidad de Northumbria en Newcastle y autor principal de una reciente investigación que profundiza en este fenómeno solar. "Por eso, puede caer en la cromósfera y luego salpicar”, añade.
La misión Solar Orbiter también ha observado que, a medida que caen las gotas de lluvia de plasma, las áreas en la superficie que reciben el impacto suelen iluminarse de inmediato.
Según Antolin y sus colegas, esa iluminación repentina podría deberse a plasma ubicado en la cromósfera que se comprime y se calienta en un proceso similar a como los meteoritos forman bolas de fuego al caer en nuestro planeta, explican en un estudio que se publicará en Astronomy & Astrophysics.
Aunque la lluvia de plasma había sido teorizada antes, la nave Solar Orbiter recién está captando cómo sucede el fenómeno en directo. Foto: NASA
Aunque sin duda Solar Orbiter, lanzado en 2020 al espacio, está revolucionando nuestro conocimiento sobre la estrella anfitriona del sistema solar, todavía quedan muchos misterios que resolver en torno a ella.
Uno de ellos es por qué, pese a estar más lejos del núcleo, la corona es mucho más caliente que la superficie de la estrella, también llamada fotósfera. Según la NASA, mientras que en la superficie del astro rey se experimenta aproximadamente una temperatura de 5.500 °C; en la corona, el calor puede superar el 1.000.000 °C.
“No podemos enviar una sonda a la parte interna de la corona porque hace mucho calor. Entonces, podemos usar estas observaciones como sondas indirectas del entorno local", sostiene Antolin.