Tras analizar cientos de cráneos de perros y compararlos con los de algunos lobos salvajes, un equipo de científicos ha descubierto que el cerebro de los canes domesticados ha incrementado su tamaño relativo en el último siglo y medio. Con esto, los expertos se refieren que ha aumentado la dimensión que posee este órgano con respecto al cuerpo del animal.
El hallazgo, detallado en la revista Evolution, genera intriga en la comunidad científica, puesto que, si bien se sabía que el cerebro de los perros se encogió drásticamente tras su domesticación hace al menos 15.000 años, se creía que el tamaño del órgano no había sufrido otros cambios después de ese proceso.
"Este es el primer estudio exhaustivo sobre el tamaño del cerebro de diferentes razas de perros y su preparación tomó varias décadas", sostuvo László Zsolt Garamszegi, biólogo evolutivo del Centro de Investigación Ecológica de Hungría y uno de los autores del artículo.
Cráneo de un perro de raza vizsla húngaro con un cerebro modelado en 3D. Foto: Kálmán Czeibert
Los investigadores realizaron tomografías computarizadas de los cráneos de canes pertenecientes a 159 razas y las compararon con las 55 de lobos. Así, descubrieron lo siguiente.
Mientras los lobos tienen un volumen cerebral promedio de 131 cm3, asociado a un peso corporal medio de 31 kg; en los perros, que pesan casi igual, este es de aproximadamente 100 cm³.
En otras palabras, el cerebro de un lobo es 24% más grande que el de un perro, por lo general. Si bien es así, ese porcentaje disminuye cuando la raza del can se encuentra más distanciada genéticamente de sus antecesores salvajes. ¿Pero a qué se debe esto?
En un inicio, los científicos creían que el anómalo crecimiento del cerebro de los perros tenía relación con las tareas asignadas para los que se creó la raza. Así, por ejemplo, se asumía que un can de pastoreo o atleta poseería un órgano más grande que uno faldero. Sin embargo, los resultados no encajaron con esta hipótesis.
Por ese motivo, los científicos sugieren que este cambio en la masa cerebral puede guardar un vínculo con la crianza humana moderna, la urbanización y un entorno social más complejo.
"Los resultados muestran que la cría de razas de perros modernas ha ido acompañada de un aumento en el tamaño del cerebro en comparación con las razas antiguas. No pudimos explicar esto basándonos en las tareas o las características del ciclo de vida de las razas, por lo que solo podemos especular sobre el entorno social más complejo, la urbanización y la adaptación a más reglas y expectativas han causado este cambio, afectando a todas las razas modernas", dijo el etólogo Enikő Kubinyi, otro autor de la investigación.