La historia de Chris Rowley: ¿cómo el tropezarse con su gato lo dejó al borde de la muerte?
El británico de 57 años, a causa de su gato, sufrió heridas similares a las que provocaría un accidente de tránsito.
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Un hombre de 57 años en el Reino Unido terminó en estado crítico tras estar tirado en el piso durante 14 horas. Así quedó debido a que se tropezó con su gato y cayó por las escaleras de su casa. Por suerte, tuvo un final feliz porque su esposa lo encontró antes de que ocurriera una mayor tragedia. Lo que sucedió con Chris Rowley y su gato de raza esfinge llamado Eric quedó como una anécdota.
¿Qué pasó con Chris Rowley, el hombre que casi muere por su gato?
Chris Rowley caminaba por su casa y su gato Eric se le prendió a su pierna. Ello le hizo perder el equilibrio, por lo cual cayó de las escaleras. “No puedo recordar mucho, solo caí rápido, fue rápido y terminó en segundos; luego estaba en el fondo”, relató el británico de 57 años. Él manifestó que se golpeó con una barra de metal, porque le empezó a sangrar la cabeza.
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Para salir del shock en el que se encontraba, le costó cinco horas, para posteriormente empezar a moverse lentamente hacia su cama, sin conseguir mayor éxito. “Estuve allí durante la mayor parte de las 14 horas. Mi teléfono estaba muerto, no podía levantarme, físicamente no podía levantarme", fue lo que manifestó. Si bien tiene su pareja, ella se encontraba en su trabajo y tuvo que esperar hasta su retorno. La única compañía que le quedaba fue Eric, quien se recostó en su pecho durante la espera.
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Ella relató que al llegar a su hogar a las 10 de la noche empezó a escuchar los gritos de ayuda de Rowley. Inmediatamente se dio cuenta que de verdad se encontraba herido y, aterrorizada, llamó a emergencias. Llegó la ambulancia y se lo llevaron al hospital.
Los doctores le dijeron que sobrevivió por suerte; sin embargo, la recuperación le va a tomar un año, lo que le va a impedir seguir con su trabajo como músico. Su diagnóstico fue fractura de cráneo, un hueso roto en el cuello, dos fracturas en la columna vertebral, nueve costillas rotas y “un poco de sangre en los pulmones”. Para su suerte, gracias a un amigo, se encuentra trabajando en una guardería donde está cuidando niños.
