Si eres una de las personas que tiene el hábito de hacer actividad física y seguir una dieta saludable para alcanzar tu ‘peso ideal’, seguramente habrás experimentado que al principio es fácil perder los primeros kilogramos, pero luego resulta complicado perder los últimos. Así, cada vez que te pesas en la balanza, notas que la flecha no avanza ni retrocede.
Pero no te desanimes ni te frustres: se trata de una etapa normal conocida como la meseta de adelgazamiento, y así como tiene una explicación científica, también tiene una solución, indica Nick Fuller, experto en obesidad de la Universidad de Sidney, en un artículo de The Conversation.
Si continúas con una misma rutina de ejercicios y dieta durante mucho tiempo, experimentamos algo llamado adaptación metabólica, un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo ante la amenaza de escasez de alimentos.
La primera razón es que, a medida que reduces tu grasa corporal, disminuye tu metabolismo, lo que provoca que quemes menos calorías que cuando pesabas más. Ese metabolismo lento ocurre porque se requieren menos calorías para mantener una anatomía más ligera.
El segundo motivo es que la pérdida de peso siempre está acompañada de un aumento del apetito. Esto se debe a la hormona leptina, la cual regula nuestra hambre a partir de la grasa que tenemos almacenada. A mayor grasa, menos apetito, y así en el sentido contrario.
Todas las personas que intentan perder peso se estacan si, durante mucho tiempo, siguen una misma dieta de alimentación y rutina de ejercicios. Foto: Men's Health
Ahora, si pensar en perder kilos te genera más frustración y estrés que motivación, también es válido replantearse qué tiene de especial el peso que estás tratando de alcanzar y evaluar si está de acuerdo con tus objetivos.