Los varamientos de ballenas son cada vez más comunes debido a variaciones en la temperatura del agua y la migración de presas a causa del cambio climático. En ocasiones, estos cadáveres explotan repentinamente, algo que ha desconcertado a más de un espectador.
El Dr. Olaf Meynecke, del centro de investigación costera y marina de la Universidad de Griffith (Australia) explicó a The Guardian por qué se produce esta reacción en el cuerpo de los cetáceos.
Todo cadáver experimenta una descomposición interna. Sin embargo, un clima cálido puede acelerar este proceso: las bacterias intestinales se multiplican rápidamente y producen grandes cantidades de gas metano.
El problema empieza cuando no hay vías de escape para todo ese gas, por lo que este se acumula hasta invadir el último espacio restante.
“Si el resto del cuerpo sigue intacto —si la capa exterior, la grasa, sigue intacta y no se ha perforado— entonces puede provocar una explosión”, explicó Meynecke.
Esto supone un problema para los encargados de remover el cadáver, ya que podrían estar expuestos a una explosión masiva debido a todo el gas que puede acumularse en el cuerpo de una ballena.
En ese sentido, Meynecke dijo que, antes de movilizar un cadáver de ballena, lo más recomendable es realizar una necropsia para observar el contenido intestinal y evaluar ciertos indicadores, como el grosor de su capa de grasa. Este procedimiento se debe ejecutar solo pocos días después de la muerte de la ballena, debido al riesgo de explosión.
“En realidad, es parte de la evaluación de riesgos… se debe evaluar al animal de antemano y si hay signos de hinchazón en el área intestinal, se debe liberar la presión antes [de la necropsia]”, indicó.
En el video mostrado, filmado en las Islas Feroe, un hombre induce a la explosión del cadáver de un cachalote para su posterior traslado hacia el océano.