El nuevo henipavirus, detectado en docenas de ciudadanos en China, podría no convertirse en la próxima pandemia, pero sí evidencia la facilidad que tienen los nuevos patógenos para pasar de los animales a los humanos de forma desapercibida y provocar nuevas enfermedades, advirtieron los científicos.
El virus, denominado Langya henipavirus, infectó a granjeros y otros habitantes, de acuerdo a un equipo de investigadores que cree que puede haberse expandido, directa o indirectamente, a las personas a través de las musarañas, pequeños mamíferos parecidos a topos que se encuentran en una abundante variedad de hábitats.
Según el estudio publicado en The New England Journal of Medicine, el patógeno no provocó ningún fallecimiento, pero se detectó en 35 pacientes con fiebre no asociados en hospitales, en las provincias de Shandong y Henan, entre 2018 y 2021.
Este descubrimiento va acorde con las advertencias de los científicos de que los virus animales se están dispersando regularmente sin ser detectados en individuos de todas partes del mundo.
“Estamos subestimando enormemente la cantidad de estos casos zoonóticos en el mundo, y este virus Langya es solo la punta del iceberg”, aclaró Leo Poon, experto en virus emergentes y docente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong.
Un grupo de especialistas chinos e internacionales, que hizo la primera investigación científica sobre el patógeno, sostuvo que no hay evidencia de que el Langya se esté propagando entre los seres humanos o que haya provocado un brote local de casos enlazados.
Aún así, se requieren más estudios sobre un subconjunto más grande de pacientes para descartar la propagación de persona a persona, precisó el equipo a cargo de la investigación.
En diálogo con CNN, el científico de enfermedades infecciosas emergentes Linfa Wang, que formó parte del equipo de averiguación, expresó que, aunque era poco probable que el nuevo virus evolucionara hacia “otro evento de ‘enfermedad X’”, como un patógeno previamente desconocido que desencadena una epidemia o pandemia, “demuestra que tales eventos zoonóticos secundarios ocurren con más frecuencia de lo que pensamos o sabemos”.
Para disminuir el riesgo de que un virus emergente se transforme en una crisis sanitaria, “es absolutamente necesario llevar a cabo una vigilancia activa de manera transparente y colaborativa a nivel internacional”, manifestó Wang, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Duke de Singapur.
A nivel global, se estima que el 70% de las enfermedades infecciosas emergentes han pasado a las personas a través del contacto con animales, en un fenómeno que, para los investigadores, se apresuró a medida que las crecientes poblaciones humanas ocupan los hábitats de la vida silvestre.