Un pequeño asteroide impactó en la atmósfera terrestre sobre el océano Ártico el viernes 11 de marzo, pocas horas después de haber sido descubierto por el astrónomo húngaro Krisztián Sárneczky. Según indicaron expertos en Twitter, es la quinta vez en la historia que una roca espacial es detectada antes de impactar en la Tierra.
Ubicado en el observatorio Estación Piszkéstető, en Hungría, Sárneczky descubrió el objeto espacial a las 19.24 UTC (tiempo universal coordinado), moviéndose rápidamente y en curso de colisión con la Tierra. Inicialmente, el asteroide fue nombrado Sar2593; luego, el Centro de Planetas Menores le otorgó su denominación oficial: 2022 EB5.
No pasaron muchos minutos para que Davide Farnocchia, Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, determinara mediante su sistema de rastreo que el objeto impactaría en la atmósfera alrededor de las 21.22 UTC, al suroeste de la isla Jan Mayen (norte de Islandia, este de Groenlandia), en el océano Ártico.
El asteroide 2022 EB5 fue captado por astrónomos aficionados antes de su impacto en la atmósfera. Foto: Stefan Kurti / Twitter
Hasta ese momento, se sabía que era un cuerpo pequeño, pero se desconocían sus medidas exactas.
Horas después, el científico de meteoros Peter Brown examinó las lecturas de detección de infrasonido en el área prevista para la llegada del asteroide, y concluyó que el impacto en la atmósfera ocurrió aproximadamente a las 23.40 UTC, con una explosión equivalente a 2 o 3 kilotones (2.000 a 3.000 toneladas de TNT). A partir de esos datos, estableció que el asteroide tenía entre 3 y 4 metros de diámetro y llegó a una velocidad de 15 km/s.
Imagen: Peter Brown / Twitter
Solo los asteroides cercanos de más de 140 metros de diámetro son considerados por la NASA como potencialmente peligrosos, ya que los objetos de un tamaño inferior no suelen resistir al impacto en la atmósfera, por lo que suponen riesgo para la superficie.
No obstante, asteroides pequeños pueden explotar en la atmósfera y causar grandes daños sin necesidad de llegar a la superficie. Un ejemplo de ello fue el famoso bólido de Cheliábinsk (Rusia), que tenía menos de 20 metros de diámetro. Su violenta explosión de 500 kilotones rompió los ventanales de los edificios y dejó casi 1.500 heridos en un radio de varios kilómetros.
PUEDES VER: El Gran Atractor, un ‘pozo’ que está absorbiendo a la Vía Láctea y demás galaxias vecinas
El 2022 EB5 ha sido uno de esos asteroides difíciles de detectar debido a su tamaño. Se estima que cientos de objetos de este tipo pasan muy cerca de la Tierra cada año, por lo que no debería sorprendernos que alguno se estrelle en la atmósfera de vez en cuando.
Órbita del asteroide 2022 EB5. Imagen: Gideon van Buitenen.
Los pesos pesados, aquellos que tienen cientos de metros, pasan raras veces más cerca que la Luna. El más esperado es Apophis, de 325 metros, que en 2029 atravesará la órbita terrestre a 31.000 km, más cerca que los satélites de comunicación geosincrónicos, y será observable a simple vista.