Una investigación de la Sapienza Universidad de Roma (Italia), liderada por la arqueóloga Ileana Micarelli, describió en 2018 un descubrimiento extravagante: el esqueleto de un hombre medieval de entre 40 y 50 años que sobrevivió a la amputación de su antebrazo derecho, el cual reemplazó con un filudo cuchillo durante la era anterior a los antibióticos, según detalles de la revista Journal of Anthropological Sciences.
Dicho esqueleto fue encontrado en la necrópolis longobarda de Povegliano Veronese, pueblo destacado por su agricultura ubicado a 14 kilómetros al suroeste de Verona y 120 kilómetros al oeste de Venecia. Según los cálculos de los investigadores, el espacio para el entierro de los muertos data de los siglos VI al VIII d. C.
Los restos del hombre destacan de entre las 164 tumbas excavadas debido a la curación de la fractura de su antebrazo. La orientación de esa ruptura sugiere “un corte angulado de un solo golpe”, traumatismo contundente del que aún no se sabe exactamente por qué ocurrió.
Fractura curada del antebrazo derecho. (A) Vista completa. (B) Espolones óseos en el cúbito. (C) Espolones óseos en el radio. Foto: Micarelli et al.
“Razones por las que un antebrazo podría ser amputados incluyen el combate (los longobardos tenían cultura guerrera), la intervención médica (caída accidental o casos parecidos) y el castigo judicial. Al igual que otras amputaciones (reportadas en diversos estudios), este presenta tanto curación como respuesta osteoblástica”, se describe al inicio del manuscrito.
Además, el desgaste de los dientes del extremo derecho del hombre hace pensar a los expertos que este perdió su esmalte al, probablemente, sujetar las correas que mantenían a la prótesis en su lugar.
El desgaste dental y la lesión ósea. Foto: Micarelli et al.
Su hombro derecho había desarrollado una cresta ósea antinatural en forma de C, a raíz de sus peculiares movimientos para facilitar el apretamiento de la prótesis con la ayuda de su boca. A diferencia del hombre medieval, enterraron a los demás esqueletos masculinos con las armas colocadas a los costados.
PUEDES VER: La tarde en que Stephen Hawking organizó una exclusiva fiesta para viajeros en el tiempo
“No solo se adaptó muy bien a su condición, sino que lo hizo con el uso de un dispositivo derivado de la cultura, junto con un considerable apoyo de la comunidad (...). La supervivencia de este macho longobardo atestigua el cuidado de la comunidad, la compasión familiar y el alto valor que se le da a la vida humana”, publicó el equipo de arqueólogos.
Se halló también una hebilla en forma de D como mecanismo de sujeción y rastros de cuero en la amputación. El hombre habría sobrevivido mucho tiempo después de que le cortaran el antebrazo.