Los científicos han considerado desde hace mucho tiempo que el volumen de agua en la Tierra no solo se relaciona a fuentes extraterrestres como los asteroides. Un gran porcentaje de H2O provendría de un lugar distinto que no se había estudiado a profundidad como ahora.
Un amplio equipo de investigación, liderado por expertos de Estados Unidos, Reino Unido y Australia Occidental, ha revelado que el viento solar —partículas expulsadas de la corona del sol, la sección más externa— pudo equilibrar la cantidad de agua en nuestro planeta. Los resultados de este artículo se encuentra en la revista Nature Astronomy.
Esto se consigue mediante la interacción entre ese viento del Sol con las partículas de polvo de los asteroides. Así, una pequeña cantidad de agua se crea, lo que explicaría la existencia de una parte del líquido que circula en nuestro entorno.
Como un complemento a este efecto, otro porcentaje de agua se habría originado en los asteroides tipo C —de alto contenido carbónico, conforman alrededor del 75% de los más conocidos— cercanos a Júpiter y Saturno.
El caso del asteroide de condrita ordinaria (tipo S) 25143 Itokawa (los meteoritos de condrita representan el 85,7% de los que caen en la Tierra) también es especial. Tras analizar sus rocas en 2011, se encontraron signos de agua. Esto comprueba que el H20 de la Tierra vino de múltiples lugares del espacio y que la aparición de la vida es consecuencia de una serie de eventos difíciles de identificar.
Esta imagen fue tomada a unos 8 km de Itokawa. Foto: JAXA
Cuando la nave robótica Hayabusa, de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), devolvió muestras de roca de Itokawa a la Tierra, los científicos aplicaron un método llamado tomografía de sonda atómica, un análisis hecho átomo por átomo. Esta construcción tecnológica sin tripulación se lanzó el 9 de mayo de 2003 y llegó al asteroide en setiembre de 2005.
Los asteroides tipo S como Itokawa pueden componerse de 20 litros de H20 por cada metro cúbico.
“Nuestra investigación sugiere que el viento solar creó agua en la superficie de pequeños granos de polvo y esta agua más liviana probablemente proporcionó el resto del agua de la Tierra”, apuntó el científico planetario Phil Bland, de la Universidad Curtin en Australia.
El Dr. Luke Daly, graduado de Curtin, ahora de la Universidad de Glasgow, expresó: “La investigación no solo brinda a los científicos una visión notable de la fuente pasada de agua de la Tierra, sino que también podría ayudar a futuras misiones espaciales”.
Con esto se refería a que como el mismo proceso de meteorización espacial que creó agua se pudo llevar a cabo en otros planetas; se buscaría que los astronautas estén en el capacidad de procesarla desde el polvo de aquellos cuerpos celestes, por ejemplo, de la Luna, según un comunicado de prensa.